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¿Cómo detectar las estafas piramidales vs marketing multinivel?

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Si bien el marketing multinivel (MLM) es realmente un modelo de negocio genuino, del cual se pueden sacar verdaderos beneficios y de forma honesta, ha sido manchado por personas inescrupulosas qué se basan en él para dar rienda suelta a modelos piramidales con los que se está estafando a mucha gente.

Grandes ejemplos de marketing multinivel han terminado siendo estafas comprobadas, lo que ha hecho que este supuesto modelo de ventas en red se quede sin pilares que lo sostengan, haciendo además que siempre haya una sospecha en torno a todo lo que se denomine como tal.

Pero ¿es siempre tan fácil detectar un embrollo de estos? Pues no… Y a veces las tretas psicológicas pueden más con nuestras defensas emocionales de lo que creemos que podrían en un principio.

Piramide
Foto: vía Unsplash.

“Una oportunidad de negocio”

“Quiero hablarte de un negocio donde tú serás tu propio jefe” (un clásico de los argumentos de venta en las estafas piramidales)

Si una persona quiere hablarte de “una oportunidad de negocio”, pregúntale: “¿Esta propuesta me la haces a nombre propio o en nombre de alguna organización?” Si te dice que es por parte de alguna organización, pide que te contacte con la fuente de donde parte la idea del negocio. Si es imposible ubicar esta fuente, ya sea porque no tenga un representante legal en el país, porque no exista un directivo o ni siquiera un gerente de rango medio que te pueda contactar, pues, es una estafa.

En una reunión de negocio genuina, lo usual es que asistan los mismos interesados o sus representantes. No va nunca un empleado ordinario que te promete el oro y el moro y ni siquiera si es que se trata de una entrevista de trabajo, porque cuando te quieren contratar en una empresa siempre te entrevistas con un supervisor, jefe o con un gerente acreditado que sería un encargado de recursos humanos o directamente la persona para la cual vas a trabajar.

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En los negocios piramidales se suele ocultar la estructura corporativa, no se suelen decir las sedes principales de la empresa o sus datos fiscales. Ni siquiera se suelen mostrar los logos en muchas ocasiones, y esto es una pista importante para que desde un principio digamos que no…

Sin embargo, puede darse el caso de que la persona que haya contactado te diga que lo que quiere proponerte es un “negocio propio”, la creación de “tu propia empresa”, que es el recurso que lamentablemente muchos emplean para evitar ahondar en el asunto y conservar un poco el aura mística que te obnubila. Total, lo que en principio es ganar la primera batalla que es atraerte a sus dominios para rodearte de gente que te atacará psicológicamente.

Grupo de ejecutivos
Foto: vía Unsplash.

La primera reunión

Si has caído en el “ven a mi casa a conversar”, “vamos a tomarnos un café” o “vamos a cenar”, entonces ya te han atado al primer compromiso moral que podemos explicar en dos puntos:

  1. Llegarás a ese encuentro y te darás cuenta que la reunión no era personal sino que hay un grupo nutrido de personas que no tienen ni las más remota idea de qué hacen allí. Te sentirás comprometido porque siempre ante una multitud es más difícil decir: “no estoy interesado”, “mejor me voy porque tengo cosas más importantes que hacer”, y sobre todo es más difícil decirlo ante el amigo o conocido que te invitó.
  2. Aceptar el encuentro en un café o restaurant es un compromiso de arranque porque uno piensa que no puede ser tan descortés ante esta invitación que, por lo general, suele ser en un sitio caro. “Debo parecerle especial a esta persona”, pensarás, pero lo más probable es que esta persona te ha citado ahí porque va a pasar en ese lugar toda la tarde y toda la noche entrevistando a muchos más incautos como tú. Es más, capaz mientras esté allí van a llegar otros sujetos preguntando: “¿Es aquí donde nos van a hablar del negocio?” y en tu cara les van decir: “Sí, por favor, tome asiento y espere, por favor”.
Café
Foto: vía Unspalsh.

No tengas miedo de evitar esta situación. Si no has estado buscando una oportunidad de negocios en toda tu vida, nada pierdes con preguntar desde un principio: “¿De qué quieres hablar?”. Y si la persona no te quiere contar nada, entonces di que no estás interesado y vete. Cuando un negocio es honesto, quienes te lo proponen no ocultan nada. Más bien, tratan de ser lo más transparentes posible y tiene total disposición para adaptarse a tus requerimientos.

No importa vender, sino reclutar

En una pirámide el producto es lo de menos. Su obsesión es reclutar más gente, ya que los aportes de los nuevos miembros sostienen la estructura.

No importa cómo sea, cuál es la promesa y ni siquiera quién es el que te contacta. Cuando te contactan, te hacen entender que el negocio no está en el producto, sino en ti o, mejor dicho, en tu tiempo y dinero.

Un negocio piramidal es una organización que busca reclutar gente para ganar dinero a través de una inversión inicial, porque —a su vez— quienes te reclutan están pagándole a quienes los reclutaron a ellos antes, es decir, los que están arriba; y estos que están arriba —a su vez— les están pagado a otros que están más arriba y así hasta la persona que inició la cosa, la cual está en la punta de la pirámide. Esto es una estafa con todas sus letras, lo que pasa es que muchas veces te engañan porque lo presentan como un “comercio de productos o servicios” para darle una máscara de legitimidad.

Bolso y contenido
Foto: vía Unsplash.

Y lo peor de todo es que no se presenta a través de un desconocido, sino que la encarna un amigo, una persona a la que conoces y que no denunciarías cuando las cosas vayan mal.

Supongamos que hayas sido llevado bajo engaño a la “reunión de negocio”, lo cual lamentablemente es muy usual, pues a veces es la única manera de que las personas medianamente inteligentes vayan a dichas reuniones, pero también te pueden engañar de otra forma y es con el cuento del “trabajo fácil”: es decir, vas a tener muchos beneficios, trabajando pocas horas la semana; con su discurso te hablan de viajes, dinero y luego te dicen que otros van a trabajar por ti, cuando lo cierto es que en esos negocios se critica la explotación que muchos de los que lo hacen experimentan.

Militares saludando firmes
Foto: vía Unsplash.

Una vez que llegues a este punto, el reclutador intentará contrastar tu desconfianza aumentando el grado de compromiso, de modo que si hasta ahora no habías rechazado la propuesta en adelante necesitarás mayor valor y más determinación para frenarla. Pero la cuestión está en entender que para tu reclutador no supones más que un número en una “red de mercadeo” que tiene a muchas personas operando de la misma forma.

Supongamos que quieres escuchar la propuesta completa sólo por curiosidad o quizás por insistencia del reclutador y, bueno, aceptas quedarte en la reunión si está en tus posibilidades. Lo que tienes que hacer es pedirle a esa persona que te hable primero del producto. Hazle preguntas sobre sus características: ¿Qué es el producto? ¿De qué está hecho? ¿Para qué sirve?

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Quizás te van a decir primero los beneficios que te trae estar en el negocio avalando la actividad en base al ejemplo de un “Líder de Platino o Triple-Diamante Internacional”, pero tú insiste en el producto. (Por cierto, sólo con escuchar estos términos tienes una buena pista de la estafa porque ¿qué empresa tiene en su organigrama algo que incluye un puesto con el nombre de “Triple-Diamante Internacional”? Estos son conceptos similares a los de una secta, una sociedad secreta donde se inventan cualquier grado por encima de ti para hacerte creer que todo se trata de avanzar en la jerarquía).

Las preguntas que debes hacer son: ¿Qué es lo que tengo que vender? ¿Qué es lo que tengo que comprar? ¿Cuánto tengo que invertir? ¿Cuánto es el margen de utilidad? ¿En cuánto tiempo recupero mi inversión? ¿Cómo lo voy a afrontar? ¿Qué herramientas me va a dar la empresa para poder llegar a este fin? Así habla una persona de negocios que se respete. Al escucharte, el reclutador probablemente te vaya a decir que esto lo conocerás después porque todo el conocimiento no puede llegar de buenas a primeras, ya que “es muy valioso” o “está fuera de tu entendimiento en este momento”. Pero lo cierto es que, si no está dispuesto a responder estas inquietudes desde un principio, entonces no hay que confiar en lo que te ofrece.

Figuras geométricas en 3D
Foto: vía Pexels.

«Esto no es una pirámide, esto es una “red de mercadeo”»

Si aún aguantas que el reclutador te cuente todo su rollo a su modo, según su discurso, y además te pide que le des un tiempo para exponer los beneficios que puedes obtener: los viajes al extranjero, las futuras capacitaciones cuando alcances su nivel, que si juntas “1000 puntos” te puedes llevar un auto nuevo, apenas termine y si pregunta: “¿Te queda claro? ¿Qué opinas? ¿Te conviene?”, pregunta tú sin ningún tipo de temor: “¿Es esto un negocio piramidal?”

No hay ningún pecado en preguntar eso a pesar de que esté tu amigo o conocido allí, no debes temer ni avergonzarte porque probablemente vaya a haber muchas personas que al igual que tú, tienen la misma duda. Para responderte, los reclutadores van a recurrir a la sinonimia, te van a decir cosas como que “esto no es una pirámide, es un organigrama del éxito, es una genealogía empresarial, es una red de mercadeo”, porque es como si le preguntaras a un estafador si te está estafando; es obvio que te va a decir que no, te va a decir “esto no es una estafa, esto es un intercambio”.

Atrapado dentro de la pirámide
Foto: vía Pexels.

Lo otro que van a hacer es mostrarte la diferencia entre su modelo de negocio con otro mucho más controversial: “el negocio de Bernard Madoff era así y nosotros hacemos las cosas de otra manera y por lo tanto no somos estafadores”. Si no son capaces de darte un argumento distinto, Entonces te quedará claro que es una estafa.

Si te atrae mucho la imagen de la persona en una alberca con una copa de Champaign en la mano, tienes que saber que eso no es tan fácil de lograr como te dice un reclutador de un negocio piramidal.

Los millonarios hechos a sí mismos suelen trabajar muy duro y de un modo inteligente y eficiente, con objetivos bien definidos y estrategias planificadas. Te invitamos a ver nuestra colección de Grandes Magnates de la Historia.

Sectas de la “libertad financiera”

Debes tener en cuenta que la persona que te está reclutando cree fervientemente en lo que está diciendo, en ese supuesto negocio increíble, y eso puede suponer que a la larga no vayan a ser más amigos o no se vayan a tratar más. Estos negocios piramidales tienen la característica principal de que suelen ser sectarios, por lo que separan a la gente de sus amigos y de sus familias.

Y es que el tema de la amistad es álgido en ese sentido, pues es más fácil que un amigo tuyo te convenza, pues pensarás que “quiere lo mejor” para ti, y quiere mostrarte el camino a la “libertad financiera”, a que te convenza un desconocido. De hecho, si has llegado al punto en el que tienes que firmar, lo más probablemente es que lo hagas, pues ya todas las defensas psicológicas que hayas podido tener hayan cedido en algún momento.

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Pero hay algo muy oscuro detrás de esto, y es que en determinado momento, todas las personas que están dentro de la empresa se dan cuenta de todo lo malo que gira en torno a ellas en algún momento. Quizás, la persona que te está intentando reclutar esté desesperada u obligada a hacer cosas que no quiere hacer: Por ejemplo, puede ser que haya perdido dinero ya en la pirámide porque su estructura está colapsando y desde adentro le estén presionando para que consiga a más gente que pueda soportar lo que queda de la estructura.

Pero todas las pirámides están destinadas a morir en algún momento, y si son pirámides con poco rango de acción, o poco conocidas, su tiempo de vida suele ser mucho más corto.

Si esa persona se ve en esa penosa situación, lo mejor que puedes hacer es ofrecerle ayuda, decirle que puedes prestarle dinero, qué puedes ayudarla financieramente siempre y cuando se salga de esa pirámide y así contribuir con la disolución de una estafa como ésta. Es lo mejor que puedes hacer, pues estás abriendo la mente de las personas al conocimiento verdadero. Y si resulta que se trataba de una pirámide grande lo más probable es que su disolución sea muy difundida, por lo tanto, sería un ejemplo para todas aquellas personas que estén a punto de ser víctimas de un reclutamiento piramidal.

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Si eres de los que ha perdido dinero en una pirámide, simplemente no repitas la experiencia, no pienses que sólo fue una mala racha o que hiciste mal las cosas. Hiciste lo que tenías que hacer, sólo que fuiste estafado y no te diste cuenta a tiempo. Peor que cometer un error es perpetuarlo por el tiempo o dinero invertido o la vergüenza de aceptarlo. Corta de raíz. 

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