Hugh Marston Hefner, nació el 9 de abril de 1926, en Chicago, Illinois, era el hijo mayor de Grace y Glenn Hefner, metodistas estrictos con raíces profundas del lejano oeste. Fue a la Escuela Primaria Sayre y luego a la Escuela Secundaria Steinmetz, en Chicago, donde, según los informes, su coeficiente intelectual era de ciento cincuenta y dos puntos. Sus profesores, sin embargo, lo describían como “poco entusiasta”. En la escuela secundaria, Hefner fundó un periódico, signo temprano de su talento para el periodismo.
Sirvió dos años en el Ejército de Estados Unidos hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, y fue dado de baja en 1946. Estudió en el Instituto de Arte de Chicago por dos años antes de matricularse en la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign, donde se especializó en psicología, por lo que es un hombre que ha tenido bagaje académico. En 1949, mientras estaba en la universidad, conoció a quien sería su primera esposa, Mildred Williams.
A principios de la década de 1950, llevaba una vida común. Estaba recién salido de la universidad, pero era un joven con ambiciones. Consiguió trabajo en Esquire, una publicación picante para hombres que se había transformado en una publicación periódica refinada, que ofrecía artículos, desde moda masculina hasta obras literarias de escritores como Ernest Hemingway y F. Scott Fitzgerald, y también ofrecía ilustraciones de artistas como George Petty y Alberto Vargas. Hefner trabajó para Esquire como redactor hasta 1953, cuando dejó su puesto porque le negaron un aumento de salario.
Playboy, la revista del conejito
Una vez fuera, decidió que haría su propia revista, basándose en la idea de Esquire, pero dándole un toque distinto. Logró captar ocho mil dólares de cuarenta y cinco inversores, incluyendo mil dólares de su propia madre, y creó Playboy. En principio, tuvo previsto nombrarla Stag Party («Despedida de Soltero»), pero se vio obligado a cambiarlo porque ya existía una revista “Stag”. Un amigo le sugirió el nombre de “Playboy”, que lo tenía una desaparecida empresa de automóviles de Chicago, y a Hefner le gustó porque representaba sofisticación y alto nivel de vida.
Sus cincuenta mil ejemplares se agotaron rápidamente y la marca se convirtió en una sensación de forma instantánea.
Elaboró la primera edición de Playboy en su departamento de Hyde Park y llegó a los quioscos en diciembre de 1953. Fue una edición no fechada, en cuya cubierta había una fotografía de Marilyn Monroe. Para ayudar a asegurar el éxito, Hefner compró una fotografía en color de la actriz desnuda, la cual había sido tomada antes de ésta iniciar su carrera, y la incluyó en las páginas centrales de la revista. Sus cincuenta mil ejemplares se agotaron rápidamente y la marca se convirtió en una sensación de forma instantánea.
América se estaba recuperando de casi 30 años de guerra y depresión económica. Para muchos, la revista Playboy resultó un antídoto a la represión sexual de la época. Muchos la tacharon de pornográfica y, en respuesta a esto, Hugh incluyó artículos reflexivos y temas de interés bastante profundos.
El logo de Playboy, que representa el perfil estilizado de un conejito con una pajarita de smoking, apareció en el segundo número y se mantuvo como icono de la marca y de la industria hasta nuestros días. Hefner eligió el conejo por su “connotación sexual humorística” y porque la imagen era “juguetona y alegre”. Él quiso distinguir su revista de la mayoría de publicaciones periódicas dirigidas a hombres, y decidió que ésta atendería a una audiencia más cosmopolita, intelectual, al mismo tiempo que asoció su connotación sexual no con la prostituta sino con “la chica de al lado”.
Hugh, el ícono
Hugh Hefner promovió lo que se conoce como “La Filosofía Playboy”, un manifiesto en constante evolución sobre política y gestión pública, el cual se basa en sus creencias fundamentales sobre la naturaleza del hombre y la mujer. Sin embargo, siempre estuvo consciente de que, más allá de un concepto elaborado en sus artículos, la revista se vendía más que todo por las fotografías de mujeres desnudas.
Playboy capturó prácticamente toda la atención de Hefner y esto, aunado a sus relaciones extramatrimoniales, consumieron su matrimonio con Mildred, lo que los llevó al divorcio en 1959, luego de haber tenido dos hijos, Christie y David.
En la década de 1960, él se convirtió en el personaje característico de Playboy: el hombre urbano, sofisticado y acaudalado, al que siempre se le veía con un batín de seda y una pipa en la mano. Adoptó una amplia gama de actividades intelectuales, y socializó con famosos y millonarios, siempre en compañía de muchas mujeres jóvenes, hermosas y rubias, en su mayoría. Estaba feliz de presentarse, además, como portavoz de la revolución sexual de la década de 1960, que incluía el “amor libre” de los hippies y la aceptación social de la sexo diversidad.
El éxito de Playboy hizo que Hefner lanzara una serie de clubes privados donde había como atracción chicas con lencería conocidas como “conejitas”. Además, también construyó complejos hoteleros, agencias de modelos, produjo largometrajes, publicó libros e incluso operó una compañía discográfica. También produjo dos series de televisión: Ático de Playboy (1959-1960) y Playboy After Dark (1969 a 70); ambos programas eran semanales, en formato de entrevista a amigos en el departamento de soltero de Hugh, para charlar sobre diversos temas.
El hombre de la controversia y el exceso
La circulación de la revista alcanzó los 7 millones de ejemplares al mes, con una ganancia neta de 12 millones de dólares en 1972
Pero el éxito no vino sin controversia. En 1963, Hugh Hefner fue arrestado y sometido a juicio por la venta de literatura obscena después de una disputa con las fotos desnudas de la actriz de Hollywood Jayne Mansfield. El jurado no pudo llegar a un veredicto y los cargos fueron retirados. La mala publicidad no afectó la reputación de Hefner o Playboy Enterprises.
En 1970 la compañía cotizó en bolsa y la circulación de la revista alcanzó los siete millones de ejemplares al mes, produciéndole una ganancia neta de doce millones de dólares en 1972. Hefner dividió su tiempo entre dos grandes mansiones, una en Chicago y otra en Los Ángeles, las populares Playboy Mansions. Y cuando no estaba en casa, viajaba en el “Big Bunny”, un jet DC-30 de color negro, con sala de estar, cocina, equipo de discoteca, cine, bar, y dormitorios para dieciséis huéspedes.
La primera decadencia de Playboy
A mediados de la década de 1970, Playboy Enterprises cayó en desgracia. Los Estados Unidos tuvo una recesión y Playboy se enfrentó a una creciente competencia de revistas mucho más explícitas, como Penthouse. Al principio, Hefner respondió “imitando a los imitadores”, presentando fotos de mujeres más reveladoras y en circunstancias menos saludables. A algunos anunciantes no les gustó esto y se fueron, por lo que el tiraje bajó. A partir de entonces, concentró las operaciones de la compañía en la revista, deshaciéndose de los clubes y hoteles que no eran rentables. En la compañía cinematográfica y discográfica, los presupuestos fueron recortados y la nómina se redujo. La revista mantuvo sus nuevos estándares de fotografía, pero puso un mayor énfasis en la calidad y el contenido del escrito.
En 1975, Hefner decidió hacer de Los Ángeles su hogar permanente para poder supervisar más de cerca sus intereses en la producción de televisión y cine. Se involucró en la restauración del famoso letrero de Hollywood y fue honrado con una estrella en el Hollywood Walk of Fame. También se sumergió en la comunidad creativa de Hollywood, produciendo musicales y la primera película de los Monty Python, de Roman Polanski. En 1978, comenzó el Festival de Jazz de Playboy, un evento anual que ofrecía espectáculos de algunos de los mejores músicos de jazz del mundo.
La entrega del poder
Hugh sufrió un derrame cerebral menor en 1985. El incidente sirvió como un llamado de atención, por eso dejó de asistir a fiestas y adoptó un ritmo de vida más lento. Se casó con su novia de mucho tiempo, Kimberly Conrad, en 1989 y, durante un tiempo, la Mansión Playboy de Los Ángeles reflejó un ambiente de vida muy familiar. El matrimonio tuvo dos hijos, Marston y Cooper, y se separó en 1998.
Desde mediados de la década de 1980, la hija de Hefner, Christie, había estado trabajando con el equipo de redacción de la revista Playboy. En 1988, su padre le entregó el control de Playboy Enterprises, poniéndola en su silla de Director Ejecutivo. También se desempeñó como editora en jefe de la revista y jugó un papel clave en la creación y dirección de Playboy TV, un canal por suscripción de contenido erótico que pretendía competir con la creciente ola de pornografía en los estudios de video. Christie Hefner renunció a su cargo en Playboy Enterprises en enero de 2009.
Filantropía y reconocimientos
Desde la década de 1990, Hugh Hefner había dedicado gran parte de su tiempo a la filantropía y a los proyectos cívicos. Dirigió la Fundación Playboy para instituir el Premio a la Libertad de Expresión, otorgado anualmente en el Festival de Cine de Sundance. También dictó personalmente un curso sobre la “Censura en el Cine” en la Universidad del Sur de California, y ha sido un importante contribuyente con los esfuerzos de UCLA Film and Television Archive para restaurar películas clásicas.
Hefner también recibió numerosos premios por sus contribuciones a la sociedad y la industria editorial. Fue incluido en el Salón de la Fama de la Sociedad Americana de Editores de Revistas en 1998. En 2002, recibió el Premio Fisher Johnson Henry, el más alto honor de los editores de revistas en América.
En sus últimos años, estuvo en conversaciones para crear una película biográfica sobre su vida. El director Brett Ratner es el principal interesado en esta producción, y varias estrellas han sido nombradas como posibles intérpretes del papel principal, entre ellas Tom Cruise, Leonardo DiCaprio y Robert Downey Jr.
Segunda decadencia de Playboy
Parecía que en los años noventa la crisis había pasado ya, que no habría nada que siguiera deteniendo el crecimiento de la empresa de contenido erótico más importante del mundo. Sin embargo, la llegada de las nuevas tecnologías, del internet y de las páginas pornográficas de contenido pirata, terminaron por sellar a futuro el fracaso de Playboy. Año tras año, la revista imprimió cada vez menos ejemplares, pasando de siete millones en sus mejores años a sólo ochocientos mil en 2015 (incluyendo las franquicias internacionales).
Al tema de la pornografía gratuita en Internet se ha aunado el tema de la propia decadencia del negocio editorial impreso, que ha llevado a importantes publicaciones periódicas a desaparecer o a migrar a la web. Esto también consumió el patrimonio personal de Hef, que pasó de más de doscientos millones de dólares a sólo cincuenta para el momento de su muerte.
La marca tuvo un ligero repunte con el éxito que tuvo el reality show de E!, The Gils Next Door (Las chicas de la Mansión Playboy), el cual se estrenó en 2005. Aunque eso no evitó que la marca fuera puesta en venta un par de veces, y que la participación de Hef sobre la misma fuera prácticamente mínima.
En octubre de 2015, el director de contenidos de Playboy, Cory Jones, reveló al New York Times que la revista iba a hacer un cambio radical a partir de marzo de 2016. Dijo que Hefner y la nueva directiva habían acordado dejar de usar fotos de mujeres totalmente desnudas como parte de un rediseño de su línea editorial. Algunos piensan que esto también se debe a un problema de financiamiento para pagar a grandes modelos que aparecieran en la portada de la revista. Playboy siempre se ha caracterizado por mostrar desnudos de mujeres famosas, algo que le cuesta mucho dinero a la empresa, además de los compromisos económicos que también adquirían con las otras conejitas.
Tal parece que el problema de la empresa fue la falta de innovación o la poca pericia al momento de diversificar su modelo de negocio, de manera que Hefner se hizo viejo y su marca tediosa. No obstante, su muerte (el 27 de septiembre de 2017), ha hecho que la gente lo recordara como el hombre audaz que fue, pues le enseñó a la gente que no había que tomar mucho en cuenta las opiniones de aquellos con un exceso de puritanismo en la cabeza.
Frases célebres de Hugh Hefner
- “Lo interesante es cómo una persona, a través de vivir sus propias fantasías, puede vivir de las fantasías de otras personas”.
- “Si dejas que la sociedad y tus conocidos definan quién eres, eres menos justo por eso”.
- “La vida es muy corta como para vivir los sueños de alguien más”.
- “No tengo planes para retirarme. Es la perfecta combinación de trabajo y ocio la que te mantiene joven. Si renuncio, sería el principio del fin para mí”.
- “Hay muchos caminos a la Meca”.
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Con información de: Biography | Wikipedia | HMH Foundation | Lifetime TV | Wikipedia: Playboy.