Navidad es celebrada por los cristianos y católicos por significar el nacimiento del niño Jesús, el Salvador de la humanidad para los creyentes. Sin embargo no tienes que ser necesariamente religioso para desear que esta fecha llegue al finalizar cada año. Diciembre es un mes sumamente movido cuando de comercio se trata, así que incluso los ateos pueden disfrutar de la época decembrina porque por lo general puede conseguir artículos de su interés con varias ofertas.
Durante esta época absolutamente todos, obtienen ganancias extras.
Pero esto no es del todo apreciado por las personas. Algunos religiosos extremistas afirman que el bonito significado de la Navidad ha sido tergiversado para sacarle un beneficio materialista, y esto va en contra de lo que debería significar el 25 de Diciembre. Cada quien tiene su opinión al respecto, pero lo cierto es que por una u otra forma, es la época más maravillosa del año por distintas razones.
Origen de los regalos
La tradición de dar regalos en Navidad tiene varios posibles orígenes; el principal es el nacimiento del niño Jesús, ya que el simple de hecho de que Dios al haber dado su hijo a la humanidad hizo un gran regalo, así que el dar regalos durante el 25 de diciembre (supuesto día de su nacimiento), es algo simbólico y que de alguna manera honra su nacimiento.
Asimismo, el origen de regalar se lo debemos a los Tres Reyes Magos, quienes viajaron hasta Belén para ofrecerle regalos al niño Dios: oro, incienso y mirra, por lo que en países como España, los regalos se entregan el 6 de enero, día en el que se supone que los Reyes llegaron al pesebre donde nació Jesús y le entregaron sus obsequios.
Por último está la leyenda del obispo de Turquía Nicolás de Bari, beatificado como San Nicolás, que durante el siglo IV hacía caridad dando regalos a los más pobres durante esta época del año.
Entre sus tantas historias, encontramos una de la más características que originó varias de las tradiciones alrededor de Santa Klaus (expresión alemana de Nicolás). Con el pasar de los años, Santa Klaus, se convertiría en Santa Claus, una imagen comercial lograda a la perfección por Coca-Cola para estas fechas tan especiales, pero de esto hablaremos con mayor profundidad en un par de días, atentos.
Con el pasar del tiempo, la tradición de dar regalos dejó de reservarse para los niños de la casa, quienes creen en estos seres, y comenzamos a regalarle a nuestro amigos, padres, hermanos, compañeros, familiares, como parte de una demostración de afecto y manifestación del llamado espíritu navideño.
Desde el comienzo la tradición de los regalos ha lucrado a muchas industrias, los negocios aprovechan y se llenan los bolsillos con las buenas intenciones de aquellos que desean demostrar su afecto a través de un bien material. Jugueterías, tiendas de ropa, joyerías, tiendas de tecnología, servicios de envoltorio de regalos, bancos, absolutamente todos se lucran bastante bien en Diciembre.
Todos queremos que llegue Diciembre, ya sea porque nos gusta dar, porque nos gusta recibir, o porque tenemos un negocio que se vuelve más lucrativo en esta época. Por lo que una tradición que había comenzado como un acto de fe, se convirtió en algo consumista y material.
Hechos históricos que se convirtieron en todo un negocio
Esto varía en el lugar en donde te encuentres, pero por poner un ejemplo, en Roma hay una tradición en los días próximos a Navidad que significa una inmensa felicidad para los comerciantes. Se le llama «Saturnalia», la cual homenajea al Dios de la agricultura y es celebrada desde el 19 de Diciembre hasta el 26. En estas festividades encontrarás en las calles romanas todo tipo de fiesta, donde hay música, comida, comercio informal y mucha música con distintos tipos de espectáculos. Todo esto significa una buena oportunidad financiera para los que participan en esta festividad, pues son pagados por la participación, además de que significa un día de gozo para las personas que libran en el trabajo.
Los Villancicos también tienen su origen importante y lleno de fe, que más tarde se convertiría en un negocio detrás de los mismos. Esta tradición se originó a mediados del siglo XVI, cuando la iglesia introduce a las misas matutinas, cantos preciosos, con las voces más angelicales que habían en la época. Eso se hacía para contagiar de una manera más amena a los visitantes, y así transmitir el mensaje de La Escritura mientras las personas cantaban. Seguro que no se imaginaban que iba a nacer una tradición que se reproduciría en todo el mundo. Cada país ha adoptado su propia manera de cantar en las navidades de acuerdo a la cultura, y aunque sea con motivo religioso, claro que también es una oportunidad para utilizar la famosa mercadotecnia. Los jingles que se utilizan en comerciales, esos que te quedas cantando hasta el mes de Abril, generan un buen dinero.
La comercialización de esta festividad se volvería algo innegable en el siglo XIX, con la llegada de las tarjetas tipo postales y los árboles navideños, las primeras en el año 1846 en el Reino Unido y los segundos en Alemania. El mundo quedó encantando con esto, así que se fueron extendiendo por todos los países y prontamente se convirtió en un tradición no de fe, sino comercial globalizada. Incluso hoy día estas tradiciones han ido evolucionando con el mundo, ya que son pocas las personas que envían tarjetas de Navidad hoy en día, pero los comerciantes deben saber adaptarse a los tiempo y es allí donde se originan los servicios de diseño de tarjetas digitales, o como Amazon, que creó gift cards especiales para esta época.
Y llegamos al producto más vendido y favorito de todos: Santa Claus, San Nicolás, Papá Noel, como se llame en tu país. San Nicolás de Bari nunca imaginó que se convertiría en un producto aprovechable para el marketing, al nivel de ser el rockstar de Diciembre, apareciendo en todos lados y de distintas formas: comerciales, vallas publicitarias, ilustraciones, ropa, decoraciones, tarjetas navideñas y muchas cosas más, por manos de una súper empresa llamada Coca-Cola, con sus emotivos comerciales que te hacen querer salir corriendo a comprar estas gaseosas. Mucho menos imagino que sería clave para hacerla una de las empresas más consumidas del mundo, además de convertirla en una estrechamente ligada a esta importante festividad.
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Un siglo lleno de consumismo
A pesar de que Navidad es una festividad muy antigua, no es hasta el siglo pasado, el XX, donde empieza a comercializarse masivamente y se convierte en una costumbre que es más consumista que religiosa, o tal vez van llevadas de la mano, pero entre tanto furor, hay más personas en los centros comerciales que en las iglesias. Es un ciclo que se resume en: regala, consume, celebra y come, y así se sigue hasta mediados de Enero en países como España donde se celebra el Día de los Reyes Magos.
Es que incluso las aerolíneas se llenan los bolsillos en estos meses, pues miles y miles de personas que se encuentran regadas por el mundo compran sus boletos aéreos al precio que estén para acercarse a sus seres queridos y pasar las festividades en familia. Los negocios localizados en los aeropuertos también pueden estar muy contentos en Navidad porque las personas olvidadizas que dejan los regalos para última hora invierten su dinero en dichos comercios, a pesar de sus acostumbrados precios elevados.
La clave de este éxito consumista masivo se lo debemos a una sola cosa, la emotividad que causa esta fecha en las personas, así que si manejas un negocio no temas en recurrir a la emotividad navideña para incrementar tus ganancias, no eres el primero ni el último que lo hará.
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Foto de cabecera: vía Pexels.
Con información de: Xing | Un surco en la sombra | Comunión de gracia.