No seas un pug en tu día a día

Un pug ha sobrevivido a nuestros días porque se han especializado en hacer una cosa muy bien: ¡dar lástima! Ya que seamos sinceros, ¿consideras que un pug sobreviviría libre en la naturaleza?

Muchas personas viven su día a día inconscientemente de ese modo

El tratar de generar culpabilidad en los demás, o quejarnos para dar lástima, buscando llamar la atención para que los demás se compadezcan de nosotros, nos deja en una actitud de víctimas, de que no somos capaces por nuestros propios medios. Tratar de dar pena para llamar la atención es comportarnos como un pug.

Ya sea que te comportas como un pug o que conoces amigos o familiares que lo hacen constantemente, este artículo es para incentivar que cambiemos esos comportamientos y nos hagamos responsables de nuestras vidas. Sembremos más amor propio, más ambición, no dependamos de los demás para lograr ser nosotros en nuestro pleno potencial.

Hemos sido dotados con la mayor virtud de todas: la creatividad. Además, tenemos una mente «elástica», que al igual que un músculo, cuanto más la trabajemos, será capaz de hacer cosas cada vez mejores.

Basta que tu actitud cambie a partir de este momento, para poderte esforzar por mejorar, pelear por sacar lo mejor de ti. Ser tú al 100% de toda tu potencialidad. Da igual en qué posición te encuentres ahora mismo, si tu autoestima es alta o baja, si crees que eres o no capaz… siempre hay margen para mejorar, los límites o las excusas las pones tú.

El pug proviene del lobo

El lobo es todo lo contrario al pug y si bien las condiciones físicas actuales del pug le harían imposible volver a ser lobo, en nuestro caso, lo más valioso que tenemos son nuestras mentes. Tu mente está latente a la espera de que descubras para qué has venido a este mundo.

Existen casos de éxito extraordinarios en donde personas con todo en contra, cuando parecía que no había modo, lograban lo imposible, porque se lo propusieron, porque dejaron de poner excusas.