[2] Consejos para emprendedores, [7] Mentalidad, Inspiración y Motivación

Consejos para salir de tu zona de conf… ¡del mamón!

Lo primero de todo es diferenciar entre bienestar / calidad de vida, respecto a lo que habitualmente se denomina “zona de confort” y que más que una zona, es un estado de la mente asustado y perezoso.

Salir de la “zona de confort” no supone dejar atrás el bienestar, pero si requiere de esfuerzo, valentía y determinación para hacer todo aquello que sabemos importante y necesario pero que no hacemos ya sea por pereza, por temor, por desconocimiento, por inseguridad o por miles de excusas que podemos inventarnos para hacernos creer que estamos bien sin hacer eso que realmente sabemos que nos hará mejor.

“El que vence a los otros, es fuerte. El que se vence a sí mismo, es poderoso.”
Lao-tsé

Cuanto antes aceptemos que una parte dentro nuestro es como un enemigo al que hay que vencer, antes podremos comenzar nuestra transformación interior, que es paulatina y constante.

Hay una parte nuestra que si la aíslas y le prestas atención, es probablemente todo aquello que odiarías en otra persona.

Si la personificáramos en alguien, diríamos que “esa persona” es perezosa, cobarde, desconfiada, mentirosa, mediocre. Alguien con quien nunca te asociarías para crear una empresa.

Y a esa “persona” la tienes dentro, es esa parte de ti que trata de desanimarte cuando te propones algo ambicioso y diferente.

Quizás es una programación mental que se ha ido conformando a lo largo de los años en base a todos los comentarios negativos que has ido recibiendo, tanto de otras personas, directa o indirectamente, como de noticias negativas, películas, todo aquello que lees en otros lugares, en foros, en blogs, en opiniones ajenas… ¡incluso en refranes! Hay refranes o cuentos como la fábula de la lechera que trata de eliminar nuestros deseos y ambiciones para que seamos buenos y obedientes trabajadores.

¿Dónde está el origen? 

Descifrar nuestra mente lleva tiempo y ciertos recuerdos parecieran que nuestro subconsciente los quisiera ocultar, por lo que hay que estar muy atento y tratar de ir a lo profundo, al origen de nuestros pensamientos, nuestras asociaciones, las emociones que nos suscitan.

Muchas veces te sorprenderás de que yendo al origen y desgranando, relativizándolo, la mayoría son tonterías, bolas de nieve que se agrandan con el tiempo. Si no le ponemos atención, todo lo negativo crecerá en nuestra mente.

En Tentulogo somos expertos en crear e impulsar marcas.

Algunos ejemplos para entender mejor:

Quizás te ha pasado alguna vez que tienes que hacer una llamada, a un cliente o un contacto importante, alguien que sabes podrá ser trascendental para ti. Tienes ya todo lo necesario, su número, lo que le tienes que decir… Pero pospones esa llamada, casualmente, te surge toda una lista de tareas que hacer (excusas) o piensas que ya es tarde o un mal momento y finalmente no realizas la llamada. ¿Te ha pasado? Si es así, ¿cual crees que fue el motivo de posponerlo? Posiblemente la inseguridad, el miedo al fracaso o el miedo al rechazo.

Y si tiras del hilo, su origen seguramente se base en experiencias pasadas en circunstancias que nada tienen que ver. A veces incluso todos estos miedos vienen de nuestra niñez, por lo tanto, estamos dejando que «un niño (o niña)» nos asesore de adultos sobre lo que tenemos que hacer. Cada persona tiene su mundo, ve a tu origen.

Y también es posible que te haya pasado que ante una situación así finalmente tomaste la valentía de llamar y todo resultó bien, fue fácil, digamos que no era para tanto. ¿Te ha pasado?

Esto se debe a que ante lo nuevo, el cerebro trata de imaginar cómo será, y si en nuestro interior tenemos algún tipo de inseguridad o miedo al rechazo, esa imaginación será negativa, crearemos todo un mundo alrededor de esa tarea a realizar y nuestra mente tratará de mantenernos «a salvo» en nuestra zona del confort.

Lo mejor es entender que casi siempre, una vez que nos decidimos a hacer este tipo de tareas que nos provocan incomodidad, luego resulta que no son para tanto. Más bien tras hacerlas, nos solemos sentir muy bien, realizados, con un extra de energía, motivados. Quédate con eso.

Otro ejemplo es tener que hacer una tarea de un tema que no dominas y requiere de un extra de concentración. Aprender cuesta, porque se requiere de un plus de energía para lograrlo. Y como nuestro cuerpo y cerebro intentan que no gastes más energía de la necesaria (porque estamos programados para sobrevivir), te generará emociones de rechazo y pondrá en tu plano mental tareas más fáciles que si domines para que te sientas con la sensación de control, de que haces cosas, pero sin darte cuenta de que te está distrayendo de hacer eso otro que te vendrá muy bien aprender y poner en práctica.

Al pensar en hacer una tarea que no has hecho antes (o que si has intentado pero fracasaste), de nuevo tu cerebro querrá «protegerte», tu imaginación negativa te hará sentir que es mucho más difícil de lo que luego realmente es. Como en el ejemplo anterior, cuando finalmente nos decidimos a hacerlo, la mayoría de veces resulta en que no era para tanto. 

No pienses tanto a priori, no trates de imaginar como será, simplemente hazlo. Engaña a tu cerebro. Dile: Lo haré solo por 5 minutos… Y verás que una vez que empiezas, te será mucho más fácil continuar.

Identificando al impostor

Entonces una parte fundamental es darnos cuenta de esa «persona» negativa que hay dentro nuestro que se compone de la negatividad recibida a lo largo de nuestra vida que nos siembra miedo, inseguridad, pereza, desconfianza, ante todas aquellas cosas que queramos hacer.

Identifica esa parte de ti y obsérvala como a un impostor, como alguien mediocre que te quiere confundir. En cierto modo, si lo vemos como una suma de todos los comentarios negativos que te han ido programando esa parte de tu mente, es como si dentro tuyo hubiese un “algo” que es la suma de todas las mierdas de los demás. ¿Acaso te pertenece? ¡No! Eso no eres tú. Analízalo.

Si a uno mismo le cuesta llegar a profundizar en quién es realmente, ¿cómo otro lo va a saber?

Incluso si fuesen comentarios negativos específicos hacia tu persona, no son más que apreciaciones que otros hacen de tí, pero eso no eres tú. Si a uno mismo le cuesta llegar a profundizar en quién es realmente, ¿cómo otro lo va a saber?

Más bien se basará en su programación mental y tratará de echarte un poco de su «basura mental» para aliviar su carga.

Meditando sobre todo esto y pensando profundamente al respecto, seguro que ahora te es más fácil identificar tu zona del mamón, que diga, de confort.

Esa zona conformista y mediocre en donde ese “personajillo” quiere que te mantengas, en donde esa suma de las mierdas de todo el mundo, quiere que permanezcas. Para que no mejores, para que no realices tus sueños. Ese pensamiento es auto-destructivo, el origen de las adicciones, de la inseguridad.

En realidad no es culpa de nadie en concreto, es una suma de todos, ya que seguro que quien te echó un poco de su mierda, se la echaron previamente, y en mayor o menor cantidad, tú habrás contribuido a esa suma de basura en la mente de otra persona.

Queriendo o sin querer, muy probablemente alguna vez le habrás sembrado un pensamiento negativo a otra persona, un pensamiento de desánimo. Es como el pez que se muerde la cola. Como sociedad estamos infectados de esa negatividad, que en parte tiene sentido teniendo en cuenta los tiempos tan difíciles que ha vivido la humanidad, con hambrunas, guerras, pestes… somos sobrevivientes de tiempos muy difíciles, de miles de años en donde todo era mucho más cruel y no había cabida para emprender o “seguir tus sueños”.

Vivimos mejor que nunca

Nunca antes en la historia de la humanidad se podía aprender de aquello que quisieras. Ahora tenemos internet, estamos conectados.

En términos generales vivimos mejor que nunca. Eso no quiere decir que la vida sea perfecta. Igual aún estamos muy lejos de la felicidad común y de la justicia verdadera, pero si lo piensas bien, nunca antes en la historia de la humanidad tuvimos tantas oportunidades. Nunca antes en la historia de la humanidad se podía aprender de aquello que quisieras. Ahora tenemos internet, estamos conectados, la información es infinita, el conocimiento está a disposición para aquel que lo quiera adquirir.

Campesino arando. Xilografía de Hans Holbein el Joven (1497-1543) de la serie “Danza de la Muerte” de ca. 1540 | vía wikipedia.org

Pero claro, arrastramos la negatividad de generaciones pasadas o problemas puntuales que nos dejan con la sensación de que estamos mal, de que hay escasez, de que lo bueno se acaba, de que la vida es sufrimiento, de que los sueños no se pueden conseguir…

Es innegable que hay situaciones terribles y partes del mundo en donde realmente lo están pasando muy mal. Pero si estás leyendo esto piensa que al menos tienes una pantalla con internet.

Tenemos técnicas, programas, métodos, experiencias de otros, que nos ayudan a que nuestro camino sea más fácil. Rápidamente te puedes conectar con grupos de personas afines a tus gustos o ambiciones.

Teniendo la humanidad cientos de miles de años de historia, hace tan solo unos pocos siglos, muchos no sabían ni leer. No tenían ni desagüe en las casas, ni agua potable, ni medicinas, ni abrigo adecuado, ni un lugar cómodo y seguro donde dormir.

Antes no era común dedicarte a lo que te apasionaba sino a lo que tenía salidas.

Hace unas pocas décadas, donde ya vivíamos mucho mejor que hace unos pocos siglos, la gente dependía de los libros que estuviesen a su alcance, en su librería o biblioteca, de sus amigos o conocidos más cercanos para tener conocimientos o consejos, para compartir experiencias e ideas. No era común dedicarte a lo que te apasionaba sino a lo que tenía salidas, a lo meramente funcional, de supervivencia.

Ahora es común ver gente que se dedica a lo que le apasiona

En la actualidad vivimos tiempos inigualables. Puedes especializarte en lo que quieras, investigar cualquier cosa, documentarte, contrastar ideas, opiniones. Con ello tu conocimiento puede ser mucho mayor, tu imaginación y perspectivas mucho más enriquecidas, tu mentalidad mucho más abierta.

Ahora hay muchas posibilidades detrás de esta pantalla que estás viendo ahora mismo. Sácale el mejor provecho. Leer este blog es un buen ejemplo de ello 🙂

Vivimos tiempos inmejorables para aprender y emprender. No dejes que esa “persona” hecha de mierda pasada que hay en tu interior, te mantenga en esa zona del mamón.

¿Por qué le digo zona del mamón?

Porque si uno es consciente de todo lo que tenemos hoy día a nuestra disposición comparado con las oportunidades y opciones que tuvieron nuestros antepasados, ponerse en una actitud pesimista o mediocre, es ser un mamón, con perdón.

Ya no vivimos en un mundo en el cual solo importa sobrevivir. Si bien no es fácil, vivimos en un mundo en el que puede ser maravilloso vivir. Ya sea realizándote como humano, emprendiendo y/o ayudando a otros a encontrar su camino.

Y ojo, con emprender no me refiero sólo a crear una empresa. Para mi emprender es tener el valor para decidirse a hacer aquello que te apasiona y lucharlo hasta lograrlo, fracasando las veces que sean necesarias, teniendo la determinación para levantarte y no parar hasta conseguirlo. Un músico es un emprendedor, un escritor es un emprendedor, incluso un médico por vocación es un emprendedor, porque emprendió SU camino. No trabaja sino que se realiza como humano, hace lo que le gusta y lo que se le da bien, aporta valor al mundo con su Don.

Ahora es el momento

Si aún no lo has hecho, busca aquello que te apasiona, aquello que se te da bien de manera natural, se curioso/a, no te conformes, siente la energía de la vida atravesar tu cuerpo, de los pies a la cabeza. No pongas excusas. Identifica al “señor cacas” y trátalo como tal, como a un mediocre mentiroso. ¿Acaso en las decisiones más importantes de tu vida te dejarías aconsejar por el “señor cacas”?

¡Sal de tu zona del mamón! Que esta vida que te ha tocado vivir es una oportunidad inigualable en la historia de la humanidad y el tiempo es limitado.

En tu mente tienes el potencial necesario para lograr todo aquello que te propongas. Diseña tu vida. Hoy mismo visualiza como quieres ser de aquí a 5 o 10 años. Nunca es tarde para ser la persona que quieres ser.
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José Vicente Rojo

CEO y fundador de Tentulogo. Soy consultor experto en branding. Apasionado del diseño, el marketing, la publicidad, los negocios y sobre todo, los emprendedores. Me encanta el color rojo, básicamente porque es mi segundo apellido, ya que no tiene un sustento racional tener predilección por unas longitudes de onda del espectro electromagnético interpretadas emocionalmente por nuestro cerebro.

¿Y tú que piensas?

Si el artículo te generó alguna opinión, duda o tienes otro punto de vista o sugerencia, estaremos encantados de leerte y de responderte :)

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