Uno de los aspectos fundamentales para el éxito es la mentalidad, aunque dicho así sin más, es como no decir nada. Vamos a profundizar en ello.
A continuación te daremos las claves para entender tu mente y elevar tu energía
Transformar la mente, el modo de pensar, de enfrentar los problemas, de tener determinación hacia los objetivos, el modo en que nos vemos a nosotros mismos, son parte fundamental del éxito en un emprendedor.
Yendo más allá (luego explicamos que todo está relacionado), se podría decir que la principal clave del éxito es la energía. La energía fuerte y bien orientada. Puedes tener muy buenas intenciones, tener muy claros tus objetivos, que si tu energía es débil, te costará mucho lograr lo que te propones. Pero ya llegaremos a ello. Vamos paso a paso:
1) No solo es hacer lo que te apasiona, tienes que estar dispuesto a «sufrir»
Se suele decir que la clave del éxito es hacer lo que te apasiona, pero eso puede llevar a ser un poco auto-complaciente y hacer sólo aquello que nos gusta, que nos apetece.
Es muy importante dedicarte a lo que te apasiona pero también saber “sufrir”, saber esforzarte y hacer lo que te toca hacer en el momento que tienes que hacerlo, te apetezca o no.
Posponer lo difícil, posponer pensar (en el sentido profundo del término), posponer las decisiones complicadas, o aquello que te da miedo o inseguridad, es lo que te mantendrá en la mediocridad.
Piensa por ejemplo en un futbolista de élite como puede ser Messi o Cristiano Ronaldo. Son jugadores con un talento natural descomunal (quizás uno más que el otro), pero ambos, si no se esforzaran al máximo y entrenaran aún cuando no les apetece, no estarían donde están.
Piensa en un atleta o un ciclista profesional, que sale a entrenar llueva o truene. Para el campeón no hay excusas, y si piensas que puedes ser exitoso con tu negocio haciendo sólo lo que te gusta y lo que te apetece, y que lo importante y difícil tendrá que esperar a que se alineen los planetas para que te apetezca, entonces ten por seguro que no lograrás nada grande, primero porque en un negocio siempre habrá muchas tareas o decisiones difíciles que hay que saber enfrentar en el momento adecuado para un correcto crecimiento, y porque del otro lado, en tu competencia, habrá gente que continuamente estarán mejorando y trabajando duro.
Tenlo presente, para que cada vez que algo te de pereza, una alarma se despierte en tu mente y te diga: Si haces esto ahora, estarás más cerca de tus objetivos. No pongas excusas y hazlo.
2) Hay que estar muy enfocado, con determinación
Del mismo modo, puedes tener una energía muy fuerte, ser dominante, ser incluso un buen líder, que mueves a otras personas, que te siguen, pero si tu energía no la tienes bien orientada, te dispersarás y te costará llegar a tus objetivos.
Diversificar siendo emprendedor, es un suicidio. Diversificar está bien cuando eres inversionista, pero no cuando eres emprendedor.
Se podría hacer una metáfora con la luz. La mayoría de personas son como una bombilla, algunos emiten a 50W, otros a 100W, otros a 150W… pero su luz es dispersa. Emiten una luz más o menos fuerte pero con poco alcance.
Para llegar muy lejos, necesitas concentrar toda tu energía en un punto, como si fueses un láser. Ahí es cuando podrás llegar incluso a la luna con tu luz.
Ser enfocado se puede entrenar. Cuesta mucho, en mi caso siempre he sido de que se me ocurran diversas ideas y me dejo llevar por el entusiasmo inicial de la novedad. Poco a poco fui aprendiendo que diversificar siendo emprendedor, es un suicidio. Diversificar está bien cuando eres inversionista, pero no cuando eres emprendedor.
Comprométete con la idea que más te apasione y a la que le tengas más fe y no pares hasta que sea un éxito total.
Además analiza muy sinceramente si acaso esa búsqueda de más proyectos, de más ideas, no sea un modo de evitar lo difícil, de que cuando en un proyecto toca dar el máximo, arriesgar y ver si realmente la idea es un éxito o un fracaso, para evitar eso, buscamos empezar otras cosas que nos mantengan con ese entusiasmo de idear y soñar pero que nos aleje de enfrentar la realidad y sus dificultades. A veces, por miedo a fracasar, nos alejamos de terminar de profundizar en una idea y comenzamos otras nuevas.
Si no das el 200% por tu emprendimiento de un modo constante a lo largo del tiempo y te diluyes en otros negocios paralelos, no lograrás llegar a lo profundo y especial que tu proyecto puede albergar, no conocerás sus límites, no le darás ese extra necesario para que sea el mejor. Y en ese escenario, tarde o temprano ten por seguro que habrá alguna marca de tu competencia que sí estará dando ese 200% o que de algún u otro modo, te irás quedando fuera del mercado por resultar insustancial. Cuando a una marca le pones toda tu atención, energía y enfoque, se nota.
Comprométete con la idea que más te apasione y a la que le tengas más fe y no pares hasta que sea un éxito total. Una vez lo logres ya tendrás la fortaleza y seguridad para comenzar nuevos proyectos, invertir en otras empresas y tener mayor libertad financiera.
3) Sé consciente de tus pensamientos
Cambiar es difícil porque nuestra mente tiende a mantenernos dentro de nuestra zona de confort, de lo que nos suponga el menor esfuerzo cerebral y físico.
Dominar a la pereza y trabajar por cambiar nuestros hábitos alimenticios y físicos, comienza en la mente. Todo comienza en la mente.
Seguro ya alguna vez has ido la frase (o alguna derivación) mal atribuida a Gandhi:
Vigila tus pensamientos porque se convierten en palabras;
Vigila tus palabras porque se convierten en acciones;
Vigila tus acciones porque se convierten en hábitos;
Vigila tus hábitos porque forjarán tu carácter;
Vigila tu carácter porque determinará tu destino.
De un modo similar, T. Harv Eker en su best seller «Los secretos de la mente millonaria» dice:
“Los pensamientos llevan a sentimientos, estos llevan a acciones y éstas a resultados”.
Y si nos fijamos en otro best seller, en el padre de todos los libros que posteriormente se han escrito respecto a estos temas, “Piense y hágase rico” (del que hablaremos largo y tendido en otro post), Napoleon Hill insiste una y otra vez, incluyendo el propio título del libro, que la base de todo es lo que pensamos.
Como ya habrás podido ir deduciendo, todo gira en torno a los mismos protagonistas: la mente; es decir los pensamientos que desencadenan en emociones y todo lo que viene después.
El miedo se enmascara de múltiples maneras y con variados disfraces
Las emociones mueven el mundo, lo malo que la más predominante suele ser el miedo. Analizalo bien, ve al fondo de cada una de tus emociones, y podrás ir viendo como el miedo se enmascara de múltiples maneras y con variados disfraces.
El miedo da para un artículo muy extenso que haré en otro momento, pero te dejo una reflexión:
En una conferencia le preguntaron a Tenzin Gyatso (actual Dalái Lama), cómo él manejaba el enojo. Tras hacer un poco de su característico humor y contar una anécdota de su juventud, terminó por decir que debíamos prestar mucha atención a nuestros pensamientos, ya que por lo general, el enojo proviene de la frustración y la frustración proviene del miedo.
Es decir, el proceso mental vendría a ser:
- Miedo > Frustración > Enojo
Miedo a la crítica, miedo a la pobreza, miedo a la muerte, miedo al fracaso, miedo a la soledad, miedo a la traición, miedo al abandono, miedo a no ser útil o reconocido, miedo al sufrimiento… y todos ellos se pueden desgranar en muchas otras variantes.
Antes de las emociones están los pensamientos que las generan
Al margen de este otro tema paralelo sobre el miedo en el que profundizaremos más en otro momento, lo importante es entender que las emociones dominan nuestras acciones, y que antes de las emociones, están los pensamientos que las generan.
- Por lo tanto, sé consciente de lo que piensas y permite únicamente aquellos pensamientos que te generen emociones positivas y proactivas, que aporten valor a tus objetivos.
Es aquí donde está lo más difícil de todo, pero en esencia es tan simple como decir:
Si logras elegir y controlar de un modo adecuado y consciente los pensamientos que más abundan en tu mente, lograrás lo que te propongas.
- Ejemplo 1: Si constantemente te distraes, piensas en banalidades, te metes en debates y discusiones que no te aportarán nada, te enfocas en pensar en lo que no tienes, en envidiar, en tus miedos, en tus fracasos, si ves telebasura o todo tu tiempo libre lo usas en ver series o películas, si no siembras tu mente con contenido valioso y enriquecedor, si no aprendes, si no te cuidas ¿qué esperas obtener?
- Ejemplo 2: Ahora dale la vuelta a todo eso: Si logras enfocar tus pensamientos, tratas de que buena parte del día estar pensando en lo que realmente quieres, en tus objetivos, en tus planes, tus propósitos, en cómo ejecutarlos, en resolver problemas grandes que tengan que ver con lograr tus objetivos, si constantemente estás en continuo aprendizaje de aquellos temas que tienen que ver con tus objetivos, si el contenido que consumes es valioso, es enriquecedor, si no te desgastas discutiendo con la gente sobre tonterías, si no ves noticias tristes o dramáticas, si te vuelves un puntero láser hacia tus metas, si tratas de no depender de los demás ni de esperar la aprobación de nadie sino que te vales por tus propios pensamientos ¿qué crees que ocurrirá a corto, mediano y largo plazo?
4) Define con claridad tus objetivos
Entendiendo todo esto tiene ya mucho más significado y veracidad hablar de lo que muchos pasaron a llamar “El secreto” o “La ley de atracción” o “Visualizar”, que en realidad de su concepto ya habla el anteriormente mencionado Napoleon Hill casi 100 años atrás.
Visualizar es clave, es fundamental (más abajo explicamos su importancia desde un punto de vista objetivo), pero para visualizar correctamente, primero de todo debemos hacer lo más difícil: DECIDIR.
Muchos no logran alcanzar sus objetivos porque simplemente no tienen un objetivo definido a alcanzar y hoy visualizan una cosa, mañana otra, al siguiente se contradicen, lo que visualizaban hoy les genera conflictos con lo que visualizan mañana, y así constantemente. De este modo nunca logran tener una visión nítida y constante. Posponen la toma de decisiones.
Si algo caracteriza a la gente exitosa es que deciden de un modo rápido y permanente, porque confían en sí mismos o en los expertos que contratan. Mientras que los que no logran nada, les cuesta decidir y posiblemente tras hacerlo, cambian rápido de elección o viven presas del temor por haberse equivocado.
¿Qué implica tener un objetivo definido?
Implica que podremos tomar mejores decisiones y poder discernir mucho mejor si nuestros pensamientos, lo que tenemos en nuestra mente con mayor frecuencia a lo largo del día, es adecuado para lograr nuestros objetivos y así ir cambiando poco a poco nuestro modo de pensar, en base a lo que deseamos alcanzar.
Nos será mucho más fácil saber si estamos encaminados del modo correcto. Es como hacer un viaje de larga distancia en el coche. Si en el GPS no defines el destino o tan siquiera sabes a dónde vas, ¿cómo vas a saber si vas bien o mal encaminado?
«No hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va» Séneca
Decir cosas como: “Quiero ser exitoso” o “Quiero ser rico” es lo más difuso y abstracto que se puede decir. Eso es como decir: “Quiero viajar”, pero no decidir el destino. Puedes esperar sentado, que hasta que no decidas exactamente a dónde y cómo quieres viajar, el simple hecho de pensar “Quiero viajar” no te llevará a ninguna parte.
Elegir lo que quieres para tí en la vida y ser muy concreto en ello hasta el punto que ya no tengamos dudas y sea algo inquebrantable, no es nada fácil, de ahí que muchos lo pospongan. Es aquí donde visualizar se convierte en tu herramienta más poderosa:
5) El poder de la visualización
En este artículo no voy a entrar a comentar la parte más relativa a la ley de atracción que puede resultar más subjetiva y depende de las creencias y experiencias de cada uno. Nos centraremos únicamente en la parte objetiva y pragmática.
Visualizar nos ayuda a entender lo que queremos. Podemos al comienzo desear algo con mucha fuerza y visualizándolo a diario pueden pasar dos cosas: 1) Reforzaremos nuestro deseo o 2) Podremos darnos cuenta que no es lo que realmente queremos.
A base de visualizar vamos construyendo una visión más nítida de lo que queremos, porque visualizar nos ayuda entender lo que somos y lo que deseamos.
Si no visualizas, no podrás ser concreto con tus objetivos y por lo tanto, sin objetivos, tus pensamientos serán difusos, serás como un coche rodando sin dirección alguna.
Volviendo al ejemplo de los deportistas de élite, muchos de ellos no solo entrenan su cuerpo sino que también entrenan su mente, visualizando su juego antes del partido, visualizando su estado mental, visualizando su cuerpo, para anticiparse y prepararse para ello.
Quizás sólo visualizando no te garantiza lograrlo, pero si que cualquiera que haya logrando grandes objetivos, primero lo ha visualizado.
Y si visualizando con frecuencia comienzas a experimentar «cosas raras» de que atraes ciertas personas o coincidencias a tu vida, eso ya lo hablaremos en otro post.
6) El silencio y el pensamiento profundo
Trata de dedicarte al menos 30 minutos al día, sin tecnología, sin teléfono móvil, sin TV, sin tablet, sin ordenador, sin nadie a tu alrededor, incluso sin música. Tú y tu mente, a solas. Si no eres capaz de pasar un buen rato a solas, es que algo más profundo debes solucionar en primera instancia. Puede ser síntoma de que tienes emociones aún por curar o por entender. Cuando logres pasar 30 minutos al día contigo mismo/a, será un gran paso y se abrirán las puertas a poder controlar tu mente, a poder visualizar con precisión; en otras palabras, podrás ir construyendo tu destino.
Hay que trabajar duro pero ante todo, hay que trabajar de un modo inteligente y creativo.
Espero que llegados a este punto tengas claro que tus pensamientos determinarán tu futuro, así que elige muy bien en qué pensar, dedícale al menos 30 minutos al día a tu mente, piensa, ¡PIENSA! y pasarás a formar parte de un selecto y muy reducido porcentaje de la población que ¡decide pensar!
Sí, puede sonar irónico, pero tristemente es así. Muy pocos piensan con verdadera profundidad sobre sí mismos o sobre su existencia u objetivos.
Puedes pensar tanto sobre lo que quieres para tu vida, lo que deseas visualizar, así como ya más prácticos en el día a día, pensar en profundizar para organizarte, para crear procesos, para buscar aliados estratégicos, para ser creativo con tus acciones o estrategias, para analizar el mercado y las oportunidades. Al pensar en profundidad darás con claves y oportunidades que para la mayoría pasan inadvertidas.
Hay que trabajar duro pero ante todo, hay que trabajar de un modo inteligente y creativo. No es trabajar por trabajar, no por estar 20 horas al día quiere decir que lo estemos haciendo bien. Hay que trabajar al máximo y darlo todo, sí, pero también pensando bien cada paso y decidiendo con contundencia y determinación.
7) La transformación mental es paulatina y se basa en ganar pequeñas batallas
No esperes levantarte un día y que por fin alcanzaste la iluminación plena y ya tu mente es la de un millonario exitoso. La mentalidad se forja en el día a día a través de ganar pequeñas batallas. A través de la constancia y la determinación.
Imagina que tu mente es como un videojuego en el que comienzas con nivel 1, y paulatinamente vas subiendo de nivel según resuelves misiones o problemas. En muchos juegos vas sumando puntos de experiencia y cada ciertos puntos, subes de nivel. Por lo general en estos juegos, cuanto más nivel tienes, cuentas con más poder y opciones.
El ver la vida como un «juego», como un «reto», como un «desafío» convierte cada problema o dificultad en una oportunidad de crecer, de aprender, de evolucionar.
Cada pequeña batalla mental que ganes estarás más cerca de tu transformación.
Cada vez que tengas un problema o te de pereza hacer algo, ya sea algo pequeño o grande, recuerda todo esto y ¡hazlo! Y al terminarlo celebra (interiormente) esa pequeña victoria porque te habrá dado tus «puntos» mentales, que con el tiempo te van haciendo subir de nivel.
Aunque estés muy cerca de lograr tu máximo potencial o quizás estés aún muy lejos, no dudes de que si trabajas día a día con esta idea en tu mente, de sumar y sumar puntos, de mejorar, de resolver y ganar pequeñas batallas… irás alcanzando el nivel 2, luego el 3, con varias semanas el nivel 8, y cuando te quieras dar cuenta tendrás nivel 30, luego 40, luego 50… no te detengas.
8) No importa el tamaño de tus problemas sino tu propio tamaño
Esta es una excelente lección que nos da de nuevo Harv Eker en «Los secretos de la mente millonaria», en donde explica que una persona de nivel 1 con un problema de nivel 3 se verá sobrepasado. Pero ese mismo problema para una persona de nivel 5 no será nada.
Ve cada problema como un reto y una excelente oportunidad para subir de nivel
Trabaja tu mente para subir paulatinamente de nivel, día a día, reto a reto. Nunca subestimes el poder de vencer una pequeña pereza, un pequeño miedo. Todo suma para tu crecimiento.
Cada acción tómala como si sumase puntos de experiencia y con ese juego mental, ve dándote niveles, ve haciendo más lógico y numeral algo que en principio es sutil e intangible. Poco a poco te irás sintiendo con más fuerza y seguridad, con mayor determinación y capacidades.
Te propongo un juego práctico:
Eres libre de hacer o no este juego. Hazlo sólo si te divierte la idea:
- Fija que el máximo de niveles a alcanzar son 100.
- Define que supondría para ti alcanzar ese nivel 100, así como que supondría tener nivel 50.
- Luego sométete a análisis y define en qué nivel estás. Ya sea 1, 10, 15, 25, 35, 75… Todo es subjetivo de ti mismo por lo que crea la escala según tus preferencias. Dedícale un tiempo, es también un excelente ejercicio para entender dónde estamos y a dónde queremos llegar.
- Ahora define que cada 1.000 puntos subirás un nivel. Es decir, si estás en nivel 15 y sumas 1.000 puntos, pasarás a nivel 16.
- Fija un lugar (Un Excel, en Google Docs, en Evernote, Asana, Trello, un Bloc de notas, un papel… donde quieras que puedas ir apuntando todo tu puntaje.
Es muy importante dedicar tiempo a los puntos 2 y 3, para que cada nivel tenga un significado para ti.
Teniendo esto que puede parecer absurdo al comienzo, lo que estás haciendo es visualizar y hacer tangible algo abstracto como lo es la evolución personal. Ve apuntando y siendo consciente de cada prueba superada. Repasa cada semana todo lo que hayas avanzado o logrado, reafirma tu crecimiento.
Es un hecho que cada vez que enfrentamos un problema o un miedo y lo superamos, interiormente nos hacemos más fuertes, crecemos. De esta manera simplemente mides de un modo cuantificable ese crecimiento, para así ponerte retos.
¿Este juego es subjetivo? Claro que si, pero su poder está en que te recuerda permanentemente tu intención de mejorar viendo cada dificultad como una oportunidad.
Por ejemplo:
- Si en esta semana hago estas 5 tareas que he estado posponiendo, sumo 500 puntos.
- Si me leo estos 3 libros o me hago «este» curso, subo 800 puntos.
- Si logro meditar o hacer ejercicio durante 21 días en un mes, sumo 1.200 puntos.
- Si logro superar un miedo a algo que me estaba bloqueando, sumo 1.500 (depende del miedo que superemos).
- A más nivel alcances, más méritos tendrás que reunir para subir un nuevo nivel y como decía antes, es muy importante trabajar mucho los puntos 2 y 3, para que cada nivel y avance tenga un verdadero significado para ti.
Este simple juego mental puede transformar por completo el modo de ver tu día a día, ver cada problema como una oportunidad de subir de nivel, un modo visual y cuantitativo de fortalecer tu carácter y afianzar aún más tu crecimiento.
9) Sé energético
¿Y por qué al comienzo decía que todo nos lleva a la energía enfocada? Recuerda que tus pensamientos son los que generan emociones que a su vez generan acciones: energía y movimiento.
El pensamiento es el origen y la energía enfocada el resultado deseado. Tu puedes aumentar y enfocar tu energía con tu pensamiento. No te quedes solo en pensar.
La clave para saber si estamos pensando convenientemente es observando si hemos logrado elevar nuestra energía en la dirección adecuada. Ver si paulatinamente tomamos acción y ejecutamos nuestros planes.
Analiza bien todo esto, porque aquí está la clave de todo. Obviamente no basta con leerlo y entenderlo, sino todo el mundo lo conseguiría. Lo difícil está en interiorizarlo y en volvernos conscientes de nuestros pensamientos, ya que por lo general vamos en piloto automático. Hacer lo de siempre y no cambiar es más fácil, es nuestra zona de confort. Y por más que interiormente ansiemos el éxito, luego está tu cuerpo y mente física que sólo le interesa sobrevivir y gastar la menor energía posible. Recuerda el punto 1 de este artículo y el título… «puede que duela». Pero ¿qué puede ser más doloroso? ¿Esforzarnos por mejorar o llegar a muy viejos con la sensación de no habernos desarrollado en nuestro pleno potencial? De ti depende.
Conclusiones
Pocos trabajan su mente, su carácter, su propio criterio, viven a expensas de sus emociones, de sus impulsos, de lo que les dicta sus miedos o sus hormonas, reaccionando a lo que su entorno y los demás les dicen o hacen. Ese modo de vivir lleva a la gente a sentirse víctimas y a culpar a los demás de todo, siendo ese el pensamiento más limitante y alejado del éxito.
Toma las riendas de tu vida y deja de vivir en piloto automático a merced de los demás. Eleva tu energía desde tu pensamiento, sube de nivel y ten la ambición y determinación de ir logrando ser la mejor versión de ti mismo/a.
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