[Colección] Grandes Magnates de la Historia

[Biografía] John C. Malone, el magnate estadounidense de la TV por suscripción

A veces no estamos conscientes de las caras que están detrás de los grandes negocios, y eso nos da una perspectiva un poco vaga de lo que son, por eso te traemos un post sobre un personaje poco conocido, pero que ha sido crucial para el negocio de los medios de comunicación en Estados Unidos y el mundo: John C. Malone, el magnate de la televisión por cable.

Como dijimos anteriormente, John Carl Malone no es un hombre muy mediático aunque paradójicamente se dedique a esa área de los negocios. Es el tercer hombre más rico de la industria de los medios de comunicación, después de Michael Bloomberg (dueño de Bloomberg LP) y de Carl Icahn (dueño de Time Warner). Siendo un hombre nacido de la austeridad, ha tenido una vida guiada por las decisiones certeras, que es algo que todos los emprendedores debemos tomar en cuenta: estar claros desde un primer momento para qué somos buenos y en qué área de negocios debemos desenvolvernos.

Ahora, ¿te gustaría saber por qué John C. Malone es una figura clave de los medios de comunicación en el mundo? Entonces lee a continuación:

Primeros años y educación

Logo de la Hopkins School

John C. Malone nació el 7 de marzo de 1941 en el poblado de Milford (Connecticut), una pequeña ciudad portuaria al sur del estado que, para esa época, tenía menos de 40.000 habitantes, aunque está ubicada estratégicamente cerca de la ciudad de Nueva York, a tan sólo dos horas de distancia.

John, de ascendencia irlandesa, estudió primaria en la Escuela Hopkins, una de las escuelas más prestigiosas de Estados Unidos, situada en la ciudad de New Haven, la tercera ciudad más grande del estado de Connecticut. A pesar de que siempre ha sido una excelente escuela, a John nunca le gustó, pues creía que no encajaba con el tipo de niños que iban allí. Él mismo dijo que “no era ni un niño modelo ni un chico de la ciudad”.

Precisamente por el hecho de que nunca fue un buen estudiante, sentía que debía interesarse por otras cosas, y lo hizo con los deportes, sobre todo con el atletismo, el fútbol y la esgrima. El ser excelente en deportes fue lo que le permitió ser aceptado en la Universidad de Yale, de la cual se graduó en 1963, obteniendo un grado de licenciado en ingeniería eléctrica y economía. Luego, se trasladó a Baltimore para estudiar una Maestría en Administración Industrial en la Universidad Johns Hopkins, grado que obtuvo en 1964.

Campus de la Universidad John Hopkins

Foto: Salón Maryland en el campus de la Universidad John Hopkins | vía Wikipedia.

Ya entonces estaba claro que lo suyo serían los negocios, aunque continuó con sus estudios de cuarto nivel para especializarse más en las áreas que había estudiado: recibió una maestría en ingeniería eléctrica en un programa de la Universidad de Nueva York y los Bell Telephone Laboratories de la multinacional AT&T en el año 1965 (este sería su primer contacto con la industria de las telecomunicaciones), antes de hacer su doctorado en investigación operativa, también en la Universidad Johns Hopkins, en el año 1967.

El gurú de la televisión por cable

En 1968, con un doctorado en mano y una buena referencia de AT&T, John fue rápidamente contratado por la prestigiosa firma consultora McKinsey & Company, donde aprendió los secretos de la consultoría financiera y tuvo clientes de la talla de IBM y General Electric. También aprendió que había un desdén generalizado en Wall Street por las empresas de televisión por cable, algo natural en un mercado emergente como lo era éste a finales de los 60s, aunque de igual forma esa actividad económica le llamó poderosamente la atención desde el principio.

logo de McKinsey & Company

Duró 3 años en McKinsay y, aunque estaba muy bien pagado, sentía que el trabajo se le estaba haciendo cada vez más pesado. Y es que sí, ser consultor financiero es una de las cosas más agotadoras que existen, sobre todo en la época en que John se dedicó a esto, porque no había más formas de hacer meetings que no fuesen presenciales, lo que requería que el consultor tuviera que viajar varias veces al mes a los lugares donde se realizaban las reuniones de las juntas directivas. Por eso, en 1970 y a pesar de que dejaría atrás el que quizás pudo haber sido el sueldo más valioso que tuvo en su vida, aceptó un cargo gerencial en la General Instrument Corporation, mejor conocida como GI, un cargo peor pagado pero más tranquilo.

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John pudo escalar de forma bastante rápida en GI, pues era un excelente estratega, llegando a ser vicepresidente de la compañía y luego presidente de una de sus filiales, conocida como Jerrold Electronics, la cual producía miniordenadores destinados a la creciente industria de la televisión por cable. Trabajando en Jerrold, conoció al empresario Bob J. Magness, quizás uno de los primeros empresarios del sector de la televisión por cable que se consolidó, y éste le ofreció a John el cargo de Director Ejecutivo (CEO) de su empresa, Tele-Communications Inc. (TCI), en el año 1973, cargo que él aceptó.

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Muchos pensarían que la motivación de John para mudarse a Colorado con Bob fue salarial; sin embargo, la realidad fue otra: cuando aceptó el cargo de CEO en TCI, la empresa tenía apenas 400.000 suscriptores, tan solo 12 millones de dólares en ventas anuales y, lo peor de todo, tenía una deuda de casi 132 millones. Viendo este panorama, John tomó sus nuevas responsabilidades como un reto, y se dedicó arduamente a revivir a la empresa.

Año tras año, la gestión de John daba sus frutos y TCI pasó a ser, en el año 1990, la compañía de televisión por cable más grande de los Estados Unidos, con más de 8.5 millones de suscriptores y un valor de mercado que sobrepasaba los 10.000 millones de dólares. Esto hizo que el apellido Malone sonara constantemente en las bocas de quienes se desenvolvían en el negocio de las telecomunicaciones, sobre todo entre personas relacionadas con los altos cargos de AT&T, donde John trabajó en sus inicios.

Logo de TCI

Se habló durante mucho tiempo sobre una fusión entre TCI y una de las filiales de AT&T, la Bell Atlantic, aunque nunca llegó a concretarse porque las empresas no pudieron ponerse de acuerdo en algunos términos. Al final, la puja dio como resultado que la multinacional AT&T comprara TCI por un monto astronómico de 32.000 millones de dólares en el año 1998. Esto, sin duda alguna, fue un ejemplo de que la habilidad de negociante de John Malone es inigualable. Ahora, la compra en sí fue muy beneficiosa para AT&T, pues pudo comenzar a forjar un camino sólido no sólo en la industria de la televisión por cable, sino también de la telefonía digital e internet.

  • DATO: Una de las cosas más importantes que tienen los emprendedores es su lista de contactos, y esto era algo que estaba claro para John, quien mantuvo las relaciones que forjó en AT&T cuando trabajó para una de sus filiales siendo aún muy joven. Tiempo después, podría utilizar esas conexiones para el negocio más importante de su vida.

Liberty Media

De la compra de TCI por parte de AT&T lo único que quedó fue una empresa que cotizaba en bolsa llamada Liberty Media, la cual había sido en algún momento filial de TCI y cuyas acciones mayoritarias habían sido adquiridas por John. También era una empresa de cable, pero bajo su égida, John la convirtió en una compañía de inversión en el área de las telecomunicaciones, algo poco común a finales de los 90s.

Logo de Liberty Media

Liberty nunca fue una empresa tan pequeña como se cree; tenía tiempo creciendo dentro de las fauces de TCI como una opción más en cable e internet, aunque aprovechó más las tecnologías futuristas como los decodificadores, y aglutinó negocios televisivos que estaban comenzando a valorarse, como el canal de películas Starz! y el canal de documentales Discovery Channel. Liberty pondría capital para adquirir más empresas en el futuro, como el grupo de medios especializado en ventas televisivas, QVC, y la productora de cine y televisión canadiense, Lionsgate.

Pero más allá de las adquisiciones, están todas las cuestiones legales que se supone regulan la actividad de las telecomunicaciones en Estados Unidos. Tanto en los acuerdos de AT&T como en los de Liberty Media, John Malone tuvo que ejercer muchísima influencia sobre políticos y funcionarios públicos del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Se dice que sus prácticas en ese sentido fueron muy cuestionables; de hecho, el candidato presidencial por el Partido Demócrata para las elecciones presidenciales de los Estados Unidos del año 2000, Al Gore, lo llamó “Darth Vader” debido a que, supuestamente, su abuela vivía en una zona donde TCI proveía los servicios de cable y se notaba cómo había una manipulación para que las facturas llegaran cada vez con precios más elevados.

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Liberty Media ha crecido tanto que ha sobrepasado cualquier barrera imaginable para su modelo negocio. Con los años, las tenencias de Liberty Media casi siempre han superado el promedio del mercado y, con dos tercios de las acciones, John ha podido amasar una riqueza que ronda hoy en día los 8 billones de dólares, lo que le da el puesto número 151 en el Índice de Multimillonarios de Bloomberg (datos de 2017), el 186 en la lista de los más ricos del mundo de Forbes (datos de 2018) y  lo convierte en el tercer hombre más rico de Estados Unidos en lo que a medios de comunicación se refiere, después de Michael Bloomberg y Carl Icahn.

  • DATO: Aunque su mayor negocio son los medios de comunicación, Liberty Media no está presente sólo en ese rubro sino que también está diversificada en áreas como la de las carreras de autos. Es la dueña mayoritaria del Grupo Fórmula 1. De hecho, la adquisición fue noticiosa, pues fue por un valor de 4.000 millones de dólares y prometió grandes cambios para la marca. Además, Liberty Media tiene acciones en otras empresas que tienen que ver con el sector automotriz como INRIX y tiene una participación importante en la red gastronómica de video media, Tastemade.

El mayor terrateniente de los Estados Unidos

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John ha decidido que la mejor forma de mantener su valor es colocándolo en la tierra. Es propietario de varios ranchos que funcionan además coordinados como una empresa de cría de ganado y carne llamada Silver Spur, que incluye ubicaciones en los estados de Wyoming, Nuevo México y Colorado.

Desde el 1 de febrero de 2011, John superó a Ted Turner (fundador y dueño de la cadena CNN) como el mayor terrateniente privado individual de los Estados Unidos, poseyendo 2.100.000 acres (8.500 km2) de tierra, la mayoría de los cuales está en el estado de Maine. Además, entre sus propiedades inmobiliarias, la cuales también le sirven para salvaguardar su valor, están dos castillos en Irlanda: Humewood Castle y Castlemartin House and Estate.

Filántropo de la educación

Lejos de ser un escéptico de la filantropía como muchos piensan, John C. Malone es una de las personas que más ha donado dinero al área educativa en Estados Unidos, veamos algunas de esas donaciones:

  1. En 1997, creó la Malone Family Foundation, una organización con fines benéficos que operaba el “Malone Scholars Program” para otorgar fondos a algunas escuelas privadas en todo Estados Unidos después de un riguroso proceso de investigación sobre cuáles eran las que tenían el mejor rendimiento.
  2. En 2000, dio 24 millones de dólares para financiar la construcción del Centro de Ingeniería Daniel L. Malone en la Universidad de Yale, el cual fue nombrado así en honor a su padre.
  3. En 2011, otorgó la donación más grande que ha tenido la Universidad John Hopkins, su alma mater; 30 millones de dólares para construir un nuevo edificio de la Escuela de Ingeniería Johns Hopkins Whiting en el campus de Homewood. El edificio se llamó Malone Hall.
  4. Asimismo, donó 60 millones a la Escuela Hopkins, donde estudió la primaria, para construir dos edificios nuevos, el Malone Science Center, llamado así por su padre, y Heath Commons, que lleva el nombre del que fuera su maestro favorito en esa institución.
  5. En 2014, John y su esposa donaron 42.5 millones de dólares a la Universidad Estatal de Colorado para ayudar con la creación de un Instituto de Terapias Traslacionales Biológicas, cuyo objetivo era desarrollar células madre y otros tratamientos para animales y personas. De este regalo, 32.5 millones pagarían la mitad del costo que supondría construir el edificio y 10 millones irían a los gastos operativos.
A pesar de no ser tan conocido, la biografía de John C. Malone nos deja en claro que para ser un empresario exitoso hay que tener en cuenta nuestras habilidades y explotarlas al máximo, aun si pareciera que el entorno que nos rodea es difícil o parece no ser tan rentable como esperábamos que fuera. Tener en cuenta esto, también nos hará trabajar con pasión en todo lo que nos propongamos hacer.
Con información de: Wikipedia | Business Insider | BBC | El Economista.
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