Por su gran cantidad de emprendimientos en el área de la tecnología, entre los que se incluye a la empresa de multiservicios de comunicación Skype, podríamos calificar a Estonia como el “Silicon Valley europeo”, algo muy impresionante si tomamos en cuenta que este país sólo cuenta con 1 millón de habitantes y además que hace 30 años formaba parte de la Unión Soviética. Pero no sólo eso, Estonia es un país donde a veces resulta complicado vivir por sus condiciones climáticas extremas; de hecho, en invierno solamente tienen 3 horas de luz por día.
Además de esto, Estonia tiene una crisis demográfica bastante peculiar y muy difícil de resolver, porque es uno de los pocos países donde hay muchísima más población femenina que población masculina, lo que hace muy difícil que todo el mundo pueda emparejarse y tener hijos. Por eso pierde población de forma continua; pero estas adversidades han hecho que las autoridades estonias innoven para ser grandes en el mundo, y una de esas innovaciones implica una apuesta casi total por la digitalización, cosa que han logrado a niveles sorprendentes.
Estonia se considera hoy como el país más moderno de Europa: es el único lugar del mundo donde el acceso a internet está garantizado en la Constitución, y asimismo es un lugar bastante libre que de hecho figura como uno de los destinos predilectos para todos aquellos que quieren invertir sin perder tanto dinero. Pero veamos cómo Estonia pasó de ser un infierno, a ser un paraíso para las empresas:
Abandonando seriamente el comunismo
En 1991 Estonia se independizó de la URSS, así como también lo hicieron otros países, como Ucrania y Bielorrusia. Pero estos dos últimos en realidad no tuvieron una independencia real, pues los “nuevos gobiernos democráticos” mantuvieron las jerarquías y no se preocuparon por desechar los vicios del comunismo como de hecho sí lo hizo Estonia.
El primer presidente de este país después de la independencia, Jaak Tamm, que al momento de llegar a la primera magistratura de su país contaba con 32 años de edad, creó un gabinete de ministros con una media de edad de 30 años y que no le debía absolutamente nada a los antiguos gerifaltes soviéticos. Este gabinete “joven” impulsó reformas especiales y audaces que cambiaron radicalmente la forma de hacer política de ese país. De hecho, la tradición de elegir a presidentes treintones o cuarentones cuando mucho se ha mantenido en este país desde entonces.
Así es como Estonia se abrió rápidamente al mercado internacional y acabó con la corrupción. No sólo el país modernizó su economía sino que además implementó un sistema de administración pública que es hoy único en el mundo por lo minimalista que puede llegar a ser, es decir, que está prácticamente libre de burocracia parasitaria, lo que implica un Estado bastante pequeño que se ocupa estrictamente de lo necesario.
Pero eso no pareció ser en su momento suficiente para la recién nacida y vulnerable economía estonia: a principios de los 90s sólo la mitad de la población estonia tenía una línea telefónica en casa, por lo que intercomunicar a la gente terminó siendo una prioridad para el gobierno, el cual, aunque faltase dinero para construir carreteras, decidió invertirlo prácticamente todo en telecomunicaciones. 15 años más tarde, Estonia se convirtió en el primer país donde se votaba on-line.
Esta gran apuesta por este sector terminó haciendo de Estonia un país prácticamente digitalizado, donde todo se hace a través de una computadora, y este entorno, que además comenzó a ser bastante ágil, generó un panorama propicio para el nacimiento de muchas empresas del área tecnológica o que utilizaban el internet y los dispositivos electrónicos como método operativo principal.
- DATO: Quizás la más famosa de todas las empresas estonias sea Skype, pero hay muchos casos de éxitos de startups del sector financiero (como brókers) y empresas basadas en el método P2P que han tenido mucho éxito. Asimismo, está el interesante caso de Taxify, que es la principal competencia de Uber en Europa y que actualmente tiene presencia en más de 20 países.
Flexibilidad para afrontar las crisis
En 2009, la Crisis Financiera Mundial golpeó especialmente a Estonia, que estaba bastante expuesta a las inversiones internacionales, las cuales se redujeron al mínimo en ese entonces. El gobierno se encontró con que de golpe se había acabado el dinero para hacer cualquier cosa y eso les perjudicaba en su objetivo de entrar a la Zona Euro.
Sólo tuvieron 2 opciones: subir los impuestos o recortar los gastos. Al final, terminaron decantándose por la solución más liberal y, en sólo unos meses, 10.000 funcionarios públicos fueron despedidos, lo que suponía la tercera parte de la plantilla pública (que ya era bastante pequeña a comparar con la de otros países).
Aparte de eso, hubo una reducción importante de los sueldos de los funcionarios que todavía estaban en ejercicio y se paralizaron todas las inversiones del gobierno, un recorte tal que significó en una caída brutal del PIB: ¡en un 14%! Para que tengamos una idea de lo que significa, el PIB de España, sólo llegó a caer un 3.6% en su peor momento. Pero, esta recesión tan importante no supuso más que un ajuste necesario y pasajero que ya para 2010 era prácticamente un amargo recuerdo.
La flexibilidad de la economía estonia permitió que la recuperación llegara más temprano que tarde: como el gobierno no había subido los impuestos, y montar un negocio era algo relativamente sencillo, muchos de los que se habían quedado en el paro, comenzaron a crear sus propias empresas y fue en ese momento que hubo un boom del emprendimiento.
- DATO: De 2009 a 2010, Estonia pasó de un 4% de desempleo a un 19% (una cifra altísima, aunque ciertamente no tan alta como la de España), pero en sólo dos años, de 2010 a 2012, esa cifra ya era de un 9% y desde entonces se ha seguido reduciendo hasta llegar a la cifra actual de 6,5%, lo que quiere decir que prácticamente todo el mundo trabaja en Estonia.
Por su parte, el salario también es un punto interesante. No habiendo un sueldo mínimo impuesto por el Estado, lo mínimo que puede ganar un trabajador estonio es 500 euros al mes, aunque el salario medio al año de un tallinés puede llegar a ser más alto que el de un trabajador de Lisboa o de alguna ciudad de provincia italiana.
El Estado digital
Estonia fue el país pionero en la creación del DNI electrónico. Muchos países han intentado seguir este modelo, pero no les ha llegado a funcionar del todo bien, tal vez sea porque en Estonia el DNI no es una cosa inútil, sino que es bastante práctico.
Una de las cosas que se puede hacer con este documento es votar: cualquier persona, con sólo disponer de él y de una conexión a internet, puede hacerlo en cuestión de segundos y desde cualquier parte del mundo sin hacer ningún tipo de gestión previa. Pero no sólo eso, el DNI electrónico también sirve para pedir citas médicas o incluso para pagar los impuestos. Presentar la declaración de la renta, de hecho, es un proceso bastante sencillo que se hace en cuestión de minutos, y eso también se debe a que, por la poca burocracia, el sistema fiscal estonio está muy simplificado y tienes el 99% de los datos necesarios automáticamente incluidos.
Quizás algunos dirán que está muy bien esto del gobierno electrónico, pero ¿puede suponer una violación de mi privacidad? En parte sí, aunque no implica que no haya consecuencias, pues en Estonia se sanciona a los fisgones. Desde tu propio panel de control en la página web del gobierno estonio, puedes ver exactamente quién está mirando tus datos, en qué momento y por qué razón, pudiendo tú luego exigir una explicación oficial o denunciar al funcionario en el caso de que hayas visto alguna irregularidad.
- DATO: La extrema digitalización de las actividades públicas, si bien ha traído muchos beneficios a la economía y al pueblo estonio, también tiene su lado negativo… En el año 2007, el Kremlin de Putin organizó el primer ciberataque de la historia mundial contra el gobierno de Estonia, del cual ha sido enemigo declarado prácticamente desde 1991. Al estar casi totalmente digitalizado, el gobierno simplemente no pudo resistir al ataque y se cayó por completo varios días. Ni siquiera los hospitales públicos funcionaban. Desde entonces, la OTAN tuvo que colocar un Centro de Protección Contra Ciberataques en Tallin (la capital de Estonia).
Un visado para el mundo entero
Todos hemos oído hablar de grandes empresas que establecen sus sedes fiscales en Panamá o en Luxemburgo, precisamente como una medida para pagar menos impuestos de los que pagarían estando situadas en sus países de origen; sin embargo, este tipo de movimientos son prácticamente imposibles si eres un autónomo o una pyme. Si quisieras abrir una empresa en Luxemburgo, primero tendrían que ir ante un notario público, y para eso, tendrías que esperar 3 semanas por una cita, para luego tener que pasar por engorrosos procesos burocráticos que se pueden tardar semanas y hasta meses y además pagar un montón de dinero.
No obstante, en Estonia, viendo que su situación no era tan sencilla y era poco competitiva ante los beneficios de otros países, el gobierno comprendió que para captar nuevos ciudadanos debían poner facilidades: En el año 2014, decidieron ofrecer todos sus servicios de administración pública digital a cualquier persona del mundo, sin importar en qué parte del planeta estuviese. ¿Y para qué serviría todo esto? Pues para que cualquiera que quisiera pudiera tener algunos beneficios similares a los que tiene un ciudadano estonio, al menos en el ámbito de la economía. Esto quiere decir que, desde afuera, cualquiera puede abrir una empresa o una cuenta bancaria internacional de forma muy sencilla.
Por supuesto que esto no equivale a un visado de ciudadanía ni tampoco a un pasaporte, lo que si es que te permite realizar transacciones internacionales, por lo que no debería resultar tan interesante para un persona que viva en un país del Primer Mundo. Pero para las personas que estén leyendo esto desde un país como Venezuela o Nicaragua, seguramente sí es algo muy atractivo y es que desde muchos países es prácticamente imposible hacer transferencias internacionales, bien porque es ilegal o porque los bancos no saben cómo hacerlo.
Ahora, esto no significa que Estonia sea un paraíso fiscal. Por ejemplo, el impuesto de sociedades es del 20%, lo que lo hace bastante normal entre la media de países como Finlandia, que de hecho tienen impuestos bastante altos. En ese sentido, lo que Estonia ofrece es mucha seguridad jurídica (importantísimo para hacer negocios) y papeleos simples. Esto es muy atractivo, verán, ya llevan 10.000 nuevos ciudadanos virtuales en sólo dos años de haber implementado el sistema de visado digital y la cifra promete seguir creciendo.
- DATO: Muchos verían este “exceso” de apertura como algo en parte contraproducente debido a que los capitales, así como pueden fácilmente entrar, fácilmente podrían salir. Y esto es cierto en parte; no obstante, los problemas de los países van más allá de unos simples capitales que se van o se quedan. Precisamente, en pro de que se queden, lo mejor es que no tengan la sensación de que están siendo retenidos a la fuerza.
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Foto de cabecera: Wikipedia
Con información de: Silicon Republic | El País | Tu empresa en Estonia | Librestado | Technology Review.