[Colección] Grandes Magnates de la Historia

[Biografía] Onassis, el millonario de los excesos

Pocos magnates han dado de que hablar en la historia, y eso es porque sólo se les conoce por ser ricos y por sus vidas escandalosas y extravagantes, como fue precisamente el caso de Aristóteles Onassis, el multimillonario griego de la industria naviera.

La fortuna de Onassis, cuestionada por muchos al estar basada en su relación estrecha con los diferentes gobiernos que concedieron a sus empresas contratos millonarios para la construcción y el transporte de mercancías, fue la más grande del mundo en su momento, y a él le gustaba gastarla de forma indecorosa, literalmente en, como diría el vals de Johann Staruss, vino, mujeres y canto.

Pero de igual manera eso no quita que fuera un hombre con un olfato privilegiado para los negocios, y eso es lo que realmente debería importar. Así que conozcámoslo un poco más:

Primeros años

Foto: Onassis en 1932 | vía Wikipedia.

Onassis nació en Karatass, un suburbio de la ciudad portuaria de Esmirna (hoy Izmir, Turquía). Sus padres eran Sócrates y Penélope Dologu. Onassis tenía una sola hermana, Artemisa, y dos medias hermanas, Kalliroi y Merope, del segundo matrimonio de su padre tras la muerte de su madre. Sócrates se convirtió en un empresario de éxito y envió a sus hijos a escuelas prestigiosas. Cuando Aristóteles Onassis se graduó de la escuela local a la edad de 16, ya hablaba cuatro idiomas: griego (su lengua materna), turcos, español e inglés.

Esmirna fue brevemente administrada por Grecia (desde 1919 hasta 1922) a raíz de la victoria aliada en la Primera Guerra Mundial, pero luego fue retomada por Turquía durante la Guerra Greco-Turca (1919 – 1922). Los patrimonios inmobiliarios de la familia Onassis se perdieron en la guerra, haciendo que estos se convirtieran en refugiados que huyeron a Grecia tras el gran incendio de Esmirna en 1922. En este período, Aristóteles perdió tres tíos, una tía, el marido de su tía, Chrysostomos Konialidis, y a una prima, quienes se quemaron en una iglesia en Tiatira junto con otros quinientos cristianos que buscaban refugio del gran incendio.

Buenos Aires, Nueva York y Monaco

En 1923, a la edad de diecisiete años, Aristóteles Onassis fue a Buenos Aires, Argentina, con el pasaporte Nansen, y consiguió su primer trabajo como telefonista en la British United River Plate Telephone Company. Entró en los negocios por sí mismo e hizo una fortuna importando tabaco. Finalmente, se trasladó a Nueva York, donde empezó sus negocios de envío de mercancías. Constituyó una flota de cargueros y buques cisterna que finalmente superó las setenta unidades. Tenía banderas panameñas y navegó libre de impuestos, al ser Panamá un paraíso fiscal. Debido a esto, Onassis pudo obtener el beneficio total de cada transacción y ofrecía los precios más bajos de toda la marina mercante de entonces.

Hizo muy buenas ganancias cuando las grandes compañías petroleras como ExxonMobil, Socony y Texaco firmaron contratos a largo plazo y a precios fijos con él por el uso de su flota, y es que éstas tenían problemas para manejar sus propias flotas que operaban con banderas de Estados Unidos y por lo tanto a altos costos.

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Onassis llegó al Principado de Mónaco en 1953 y comenzó a comprar las acciones de la Société des Bains de Mer de Monaco (SBM). Tomó el control total de la organización naviera en el verano de ese año. Trasladó su cuartel general al viejo Sporting Club de Mónaco en la Avenue d’Ostende, poco después de asumir el control de la SBM. Los activos de la compañía incluían, además, el casino de Monte Carlo, The Monaco Yacht Club, el Hotel de Paris y casi un tercio de la superficie empresarial del país. La adquisición de Onassis fue bien recibida inicialmente por el gobernante de Mónaco, el Príncipe Rainiero III, ya que el país requería de inversiones, pero la relación entre ambos se deterioró en 1962 a raíz del boicot a Mónaco llevado a cabo por el presidente francés, Charles de Gaulle.

Foto: Principe Rainiero III de Mónaco | vía Wikipedia.

Onassis y Rainiero tenían diferentes visiones sobre Mónaco. Onassis deseaba que el país siguiera siendo un recurso para una clientela exclusiva, pero Rainiero deseaba construir hoteles y atraer a un mayor número de turistas. Mónaco se había vuelto menos atractivo como paraíso fiscal como consecuencia de las acciones de Francia, y Rainiero le insistió a Onassis para que invirtiera en la construcción de hoteles. Este último permaneció reacio porque quería un monopolio que el príncipe no estaba dispuesto a garantizarle, aunque luego se comprometió a construir dos hoteles y un bloque de apartamentos.

Como Onassis no dio garantías del proyecto, Rainiero utilizó su veto para cancelar todo y atacó públicamente a SBM por su “mala fe” en la televisión. En junio de 1966, aprobó un plan para comprar seiscientas mil acciones de SBM, lo cual redujo la participación de Onassis en la compañía de un cincuenta y dos por ciento a menos de un tercio. La medida fue desafiada por el griego, quien afirmó que era inconstitucional, pero el Tribunal Supremo de Mónaco falló en su contra en marzo de 1967. Y, derrotado, vendió el resto de sus acciones de SBM al Estado monegasco por nueve millones quinientos mil dólares y abandonó el país.

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Algunos problemas con la justicia

Durante el auge del petróleo en la década de 1950, Onassis estaba en conversaciones finales con el Rey de Arabia Saudita para asegurar un acuerdo de transporte de crudo con su empresa de barcos. La Arabian-American Oil Co. (ARAMCO), tenía entonces el monopolio del petróleo saudí por un contrato de concesión, por lo que el gobierno estadounidense se alarmó.

Foto: Alexander Onassis, hijo mayor de Aristóteles, alrededor de los años 70s | vía Wikipedia.

En 1954, se impulsó una política desde Washington para fortalecer la posición especial del gobierno de los Estados Unidos en esta actividad comercial y así hacer lo que fuera para cancelar el acuerdo entre el gobierno de Arabia Saudita y Onassis. Por esta razón, el empresario se convirtió en un objetivo para el gobierno norteamericano. En 1954, el FBI lo investigó por fraude contra el gobierno; fue acusado de violar las leyes marítimas que requerían que todos los buques mostraran la bandera de Estados Unidos cuando eran propiedad de ciudadanos estadounidenses. Onassis se declaró culpable y pagó siete millones de dólares de multa.

Entre 1950 y 1956, incursionó en el negocio ilegal de la caza de ballenas en la costa peruana. Su primera expedición tuvo una ganancia neta de cuatro millones quinientos mil dólares. Aunque el negocio llegó a su fin cuando un periódico noruego destapó sus prácticas. En 1954, una flota de doscientos barcos balleneros propiedad de Onassis fueron capturados en mares peruanos, y a partir de eso, el empresario vendió, por ocho millones quinientos mil dólares, esa compañía a la Kyokuyo Hogei Kaisha Whaling Company, una de las mayores empresas balleneras de Japón.

Foto: Onassis y Jacqueline en sus boda en 1968 | vía Vogue.

El dueño de todo

Posteriormente participaría en la privatización de la compañía aérea nacional griega y con sus acciones fundó la empresa Olympic Airways (hoy Olympic Air) en 1957. Además, invirtió un tercio de su capital en acciones de empresas petroleras en los Estados Unidos, el Medio Oriente y Venezuela. También tuvo el control accionario de noventa y cinco empresas multinacionales en los cinco continentes; era dueño de plantas de procesamiento de oro en Argentina y Uruguay, y tenía una gran participación en varias aerolíneas de América Latina, aparte de cuatro millones de dólares invertidos en empresas brasileras.

Foto: Onassis en 1967 | vía Wikipedia.

Era propietario de Olympic Marítima y Olympic Tourist; de una empresa química en Persia; de apartamentos en París, Londres, Montecarlo, Atenas y Acapulco; de un castillo en el sur de Francia; de la Olympic Tower (un edificio de cincuenta y dos pisos en Manhattan); de otro edificio en Sutton Place; de Olympic Airways y Air Navigation; de las islas Scorpios y Esparta; de un yate de lujo de trescientos veinticinco pies; y, por último, de las cuentas de depósitos y cuentas en las tesorerías de doscientos diecisiete bancos en todo el mundo.

En octubre de 1968, durante el gobierno de la junta militar griega y poco después de su matrimonio con Jacqueline Kennedy, Aristóteles anunció el lanzamiento del Proyecto Omega, un programa de inversión de cuatrocientos millones de dólares que tuvo como objetivo construir una considerable infraestructura industrial en Grecia, la cual incluía una refinería de petróleo y una fundición de aluminio. Onassis había gestionado préstamos con el gobierno griego y algunos bancos estadounidenses para soportar el proyecto, pero fue duramente criticado por la opinión pública y la prensa, lo que hizo que se le fueran apoyos dentro de la junta militar y que al final la inversión no se diera.

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El millonario de los escándalos

Foto: Christina Onassis, hija menor de Aristóteles, en 1978 | vía Wikipedia.

La vida personal de Aristóteles Onassis fue muy convulsa y escandalosa. Se casó el 28 de diciembre de 1946 con Athina Mary Livanos, quien era hija de un magnate naviero amigo suyo. Con ella tuvo a sus dos hijos, Alexander y Christina. Le era infiel descaradamente; su amante era la famosa cantante de ópera griega, María Callas, con quien tuvo una relación no precisamente muy discreta.

Callas, sin embargo, también pasó a segundo plano momentáneamente cuando Aristóteles conoció a Jacqueline Kennedy, viuda del fallecido presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, con quien se terminó casando (su segundo matrimonio) en 1968. Este idilio le costó a Onassis millones de dólares, porque Jacqueline, que se había casado con él por su dinero y no por amor, era una mujer de gustos muy costosos y aparte lo evadía sexualmente, lo cual fue desencantándolo con el pasar de los años. Terminó de nuevo en los brazos de María Callas, la que al final se considera el amor de su vida.

Foto: Jacqueline Kennedy Onassis en 1961 | vía Wikipedia.

Todas estas relaciones y vida de lujo y excesos de Onassis eran reseñadas por la prensa el corazón internacional, lo que lo convirtió en un persona realmente famoso. Su gusto nada comedido por el tabaco lo llevó a sufrir de infecciones respiratorias. La última que sufrió lo mató el 15 de marzo de 1975. Se calcula que para ese momento tenía un valor personal de mil millones de dólares, cifra que hoy, descontando la inflación, equivaldría a cien mil millones de dólares, un monto que supera con creces a la fortuna de Bill Gates. Fue el hombre más rico del mundo durante sus años de mayor prosperidad.

Foto: La gran soprano María Callas, vestida para su papel de Violetta en La Traviata de Verdi (1958) | vía Wikipedia.

Frases célebres de Aristóteles Onassis

  1. “Tal vez yo sea engañado muchas veces, pero no dejaré de creer que en algún lugar alguien merece mi confianza”.
  2. “Si las mujeres no existieran, todo el dinero del mundo no tendría sentido”.
  3. “El secreto de un negocio es que sepas algo que nadie más sabe”
  4. “Para lograr el éxito, mantenga un aspecto bronceado, viva en un edificio elegante, aunque sea en el sótano, déjese ver en los restaurantes de moda, aunque sólo se tome una copa, y si pide prestado, pida mucho”.

Referencias:
Foto de cabecera: Foto: Onassis junto al patriarca de la Iglesia Cristiana Ortodoxa de Grecia, Atenágoras I, en 1967 | vía Wikipedia. | Biography | Caretas | The famous people | Wikipedia | Frase célebre.

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