[Colección] Mujeres Poderosas e Inspiradoras

[Biografía] Irene Rosenfeld, la icónica líder de Kraft

Cuando de comida se trata, hay ciertas empresas que llevan la batuta y, por tanto, hay CEOs que también. En este caso, la reina de los comestibles es Kraft (ahora Mondelēz), y la líder de sus mejores años ha sido Irene Rosenfeld, quien es una de las mujeres más importantes del mundo en lo que se refiere a la industria alimentaria.

Irene Rosenfeld es una ejecutiva de negocios estadounidense que ha estado, desde 2006, en la posición de CEO y, desde 2007, en la posición de Presidenta de la Junta Directiva (Chairwoman) de la gigantesca empresa de alimentos procesados Kraft. Bajo su liderazgo, Kraft, ahora la mayor empresa de productos derivados de alimentos en los Estados Unidos, amplió sus tenencias en el exterior y radicalmente ha reorganizado la comercialización de su amplia gama de bocadillos y marcas comestibles.

¿Pero cómo esta mujer llegó a ser lo que es en el mundo de los negocios? Entérate de más detalles leyendo a continuación:

Primeros años y educación

Irene, cuyo apellido de soltera es Blecker, nació el 3 de mayo de 1953, en el barrio de Brooklyn (Nueva York). Creció en ese lugar, en la década de 1950, siendo criadas, ella y su hermana, por su mamá, una ama de casa, y su papá, que era un contador veterano.

Columbus Park en Brooklyn,

Foto: Columbus Park en Brooklyn, el barrio natal de Irene | vía Wikipedia.

En la escuela era una excelente estudiante académicamente hablando, la mejor de su clase, y también se aplicó en la actuación. Cantó en el coro, trabajó en el periódico, practicó actividades deportivas, y tuvo grandes metas, como convertirse en Presidenta de los Estados Unidos. Pero no todo se le daba tan bien; ha hablado de que se avergonzó al tener que ir, en una ocasión, a una clase de recuperación de educación física en la primaria; por eso, se esforzó hasta desarrollar la actitud, habilidad y perseverancia para sobresalir también en los deportes.

Su personalidad y enseñanzas familiares tuvieron que ver mucho en eso, pues el valor de la superación, el ser cada vez mejor, se le inculcó desde siempre. De hecho, en la secundaria perfeccionó su naturaleza competitiva a través de la participación en varios equipos deportivos, lo que le serviría posteriormente en el mundo de los negocios, donde se utilizan técnicas deportivas para proyectar los resultados deseados y ejercicios de motivación para prepararse para la acción, así como las habilidades de coaching que ha demostrado a lo largo de su camino. Cree que el mantenimiento de la puntuación es muy importante en los negocios y que la derrota siempre debe tener elementos de aprendizaje que se utilicen para ganar en una próxima competición.

Goldwin Smith Hall de la Universidad Cornell

Foto: Goldwin Smith Hall de la Universidad Cornell | vía Wikipedia.

Después de una infancia llena de logros académicos, Irene se matriculó en la Universidad de Cornell, en Ithaca (Nueva York), donde obtuvo tres grados en rápida sucesión: una Licenciatura en Psicología (1975), un Máster en Negocios (1977), y un Ph.D. en Marketing y Estadísticas (1980). En esos años, se casó con su compañero de estudios Philip Rosenfeld, con quien tuvo dos hijos, y de quien mantuvo su apellido incluso después de su repentina muerte en 1995.

Inicios en los negocios

Irene comenzó su carrera de negocios en una agencia de publicidad llamada Dancer Fitzgerald, y luego, en 1981, se incorporó al Departamento de Marketing de General Foods Corporation, una empresa con una larga lista de productos envasados ​​y congelados, que van desde la bebida Kool-Aid con sabor a fruta y el café Maxwell House, hasta los embutidos Oscar Mayer. Motivada por sus responsabilidades de peso, Irene trabajó arduamente durante quince años para hacerse un nombre importante dentro de la empresa, la cual sería adquirida por Philip Morris (ahora Grupo Altria, que confecciona el famoso cigarrillo Marlboro) en 1985.

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Sobre las movidas de negocios relacionadas con Philip Morris y su unidad de alimentos, hay muchos datos interesantes que mencionamos en nuestro post sobre Kraft. Si quieres conocerlos en detalle, puedes recurrir a él. Pero aquí sí podemos decir resumidamente que Kraft Food y General Foods (ambas propiedad de Philip Morris), se fusionaron y adoptaron el nombre de la primera. Fue allí donde empezó la productiva relación entre Kraft e Irene Rosenfeld.

En 1996, ella fue puesta a cargo de la totalidad de la división canadiense de Kraft, lo que le sirvió para ampliar su experiencia más allá de la comercialización de una sola marca o tipo de producto alimenticio y además también le permitió conocer y vivir en un país distinto al suyo. Asimismo trabajó en la integración de los productos de Nabisco (galletas y golosinas), adquiridos por Philip Morris en 2000 y, en 2001, formó parte de un comité que preparó a Kraft para su primera oferta pública de acciones. En fin, una carrera brillante.

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Pero algo, no se sabe exactamente qué (muchos opinan que tiene que ver con dinero), le produjo insatisfacción y, en 2004, Irene dejó Kraft y se unió a Frito-Lay, el famoso fabricante de aperitivos y snacks que era propiedad de la multinacional alimenticia PepsiCo Inc. Se desempeñó como CEO y presidente de Frito-Lay durante dos años, tiempo durante el cual la empresa amplió su línea de productos con la introducción de un número de opciones bajas en sal y bocadillos bajos en grasa (una medida promovida por la presidenta de PepsiCo Inc., Indra Nooyi).

De Kraft a Mondelēz 

El hábitat natural de Irene estaba en Kraft, allí tenía a sus conocidos y, podría decirse, allí era más que en Pepsi, así que volvió en 2006, esta vez con el cargo que tanto estaba esperando, el de CEO, y como Presidenta de la Junta Directiva una vez que se concretó la separación de Kraft de Philip Morris en 2007.

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Entre sus muchos logros está haber liderado la reestructuración y cambios en el modelo de negocios de Kraft en los Estados Unidos, Canadá y Rusia, que estaban orientados precisamente a competir con empresas como Pepsi, algo que revitalizaría a la empresa mediante la introducción de nuevos productos y mediante la inserción en los crecientes mercados del extranjero. Pero quizás su logro más importante ocurrió en 2010, cuando lideró una adquisición agresiva de la empresa confitera más importante del Reino Unido, Cadbury plc, una compra que hoy se perfila como el negocio más rentable que ha tenido Kraft en su siglo de vida, debido a que el sistema de distribución de esta empresa británica pudo poner productos de Kraft en mercados como India y Brasil.

Irene fue la encargada de anunciar los controvertidos planes de escisión de Kraft el 4 de agosto de 2011; es decir que la empresa quería dividirse en dos compañías que cotizaran en bolsa: una centrada en sus marcas internacionales de aperitivos como el chicle Trident y las galletas Oreo, y otra para atender su abarrotado negocio en América del Norte, que incluye marcas como el café Maxwell House y los embutidos Oscar Mayer.

  • DATO: Irene sería la CEO de la empresa de snacking mundial, la cual contaba con un patrimonio de treinta y un mil millones de dólares, y que tendría el nombre de Mondelēz International Inc., mientras que Tony Vernon sería el presidente de Kraft Foods North America, la cual contaba con un patrimonio de diecisiete mil millones de dólares. En este caso, la decisión dedicarse a los snacks fue una cuestión personal de Irene, pues ella pensaba que era el mercado que estaba más en crecimiento.

Poder y liderazgo

Irene ha estado activa y ha colaborado en una serie de organizaciones de la industria alimentaria y de la comunidad en la que se desenvuelve, incluyendo el Club Económico de Chicago. También es miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Fabricantes de Comestibles de Estados Unidos, de la Junta de Síndicos de la Universidad de Cornell y de la Junta Directiva del Foro de Bienes de Consumo, esto indica que tiene un compromiso con el funcionamiento óptimo de las empresas, sobre todo en lo que respecta al ámbito laboral.

Su éxito ha radicado en dos cosas: su liderazgo y poder de convencimiento, lo que en su momento reforzó la presencia de Kraft en mercados emergentes y su apuesta por la innovación, inversión y adquisición de nuevas marcas, así como el entendimiento de las necesidades del cliente. Además, es admirable su pasión por impulsar el resultado de los negocios a través de su preocupación por mantenerse cerca de sus empleados.

  • DATO: En 2008, The Wall Street Journal la colocó en el sexto puesto de su lista “50 mujeres a conocer”. Además, ha sido clasificada varias veces como una de las “100 mujeres más poderosas del mundo” por la revista Forbes; en 2014, concretamente, logró estar en el puesto 15, justo detrás de Oprah Winfrey. En 2010, ganó una indemnización total de diecinueve millones trescientos mil dólares, colocándose en el puesto cuarenta y ocho en la lista de “Ejecutivos Mejor Pagados” de Forbes.

Sin embargo, su retiro (que se dio en noviembre de 2017) fue objeto de mucha habladuría en el ámbito empresarial pues, a pesar de ser ya una mujer de la tercera edad y de haber trabajado incansablemente por 40 años en la industria de los alimentos, su vitalidad parecía inquebrantable, y es que en esto de los negocios no hay edad (Warren Buffet es un buen ejemplo). Pero recordemos que Mondelēz estuvo muy resentida con la llegada de Trump al poder debido al recrudecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos.

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Se dice que, en su momento, una buena parte de las fábricas de Kraft y luego de Mondelēz (sobre todo las situadas hacia el sur de los Estados Unidos), contrataban a inmigrantes, una medida que utilizaban para ahorrar dinero que, bien es cierto, era muy cuestionada. Algunas de esas fábricas tuvieron que cerrar, dejando en la calle a cientos de empleados. Esto, dicen, supuso un tema bastante delicado para Irene y que fue, en parte, la causa de su retiro.

No obstante, haberse jubilado de Mondelēz con un astronómico salario de 21 millones de dólares al año, no significó necesariamente el cese de actividad de Irene en el ámbito de los negocios, pues continúa dictando conferencias en grandes eventos y, además, asesora a emprendedores que están comenzando con startups en ámbitos relacionados con la industria de los alimentos.

Vida personal

Irene vive en Kenilworth Village, al norte de Chicago, en la costa norte del lago Michigan con su segundo marido Richard Illgen, que es corredor de bolsa. Este pueblo del norte de los Estados Unidos fue catalogado como “el código postal más caro” del país por la revista Forbes en el año 2009, precisamente por el hecho de que los Illgen-Rosenfeld viven allí, y es que nada más el patrimonio de Irene ronda los 200 millones de dólares.

Frases célebres de Irene Rosenfeld

  1. “Realmente disfruto averiguando por qué la gente se comporta de la manera en que lo hace y cómo usan sus conocimientos para desarrollar nuevos productos o construir relaciones con nuestros clientes”.
  2. “Haz la diferencia: una empresa debe ser mejor porque tú estás ahí”.
  3. “Mamá era ama de casa, papá era contador. Ellos me enseñaron mucho sobre el valor de trabajar duro” .
  4. “No hay duda de que los consumidores están buscando valor en la actualidad”.
  5. “Creo firmemente en el valor de contar con un equipo diverso a mi alrededor que viene de muy diferentes orígenes y tiene diferentes puntos de vista”.
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