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El producto perfecto no existe, pero aquí te decimos cómo lograr algo bastante parecido

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No planeamos desmotivarte al decirte que el producto perfecto no existe, todo lo contrario. Cuando decimos que el producto perfecto no existe es porque una vez creas algo, siempre puede ser mejorado.

Siempre existe la probabilidad de que no satisfagas por completo a toda la audiencia o que esta misma audiencia a pesar de estar satisfecha, pida ciertas características que no habías considerado, pero esto es normal, así que no te desanimes y descubre todo lo necesario para acercar tu producto lo más posible a la perfección.

La perfección cuando ofreces un producto o servicio podría considerarse como el progreso constante, la reinvención y la búsqueda de satisfacer al máximo a todos los clientes que conforman tu target, pero no el producto en sí mismo. Antes de crear un producto y durante la creación del mismo, muchas cosas tienen que ser planteadas y solucionadas.

Oportunidades de valor

Foto: Unsplash

Para empezar, tenemos que considerar las oportunidades de valor, que son las características que le agregaran utilidad, funcionalidad, usabilidad y deseabilidad al producto. Un perfecto conjunto de estos aspectos fundamentales lo acercarán a la perfección.

¿Cómo podemos desarrollar estos aspectos? Lo hacemos desde:

  1. Calidad: el material, la durabilidad, la precisión, la presentación, la afinación de detalles; son algunas cosas que incrementan la calidad de nuestro producto.
  2. Emoción: la experiencia, las sensaciones que tiene el cliente a la hora de consumir tu producto o servicio, tienen que ser lo mejor posible.
  3. Estética: la belleza del producto y como está es percibida es importante.
  4. Identidad: la individualidad, personalidad y originalidad de un producto.
  5. Impacto: los efectos que tiene tu producto en la sociedad y en el ambiente están directamente relacionados con la receptividad del cliente.
  6. Ergonomía: se traduce en la practicidad, la comodidad y la seguridad que ofrece un producto.
  7. Tecnología: las características tecnológicas del producto tienen que ser las más óptimas para responder a la demanda actual y cumplir con las expectativas.

Ahora quizás te estés preguntando cómo saber que estás llevando estas siete características al máximo, para poder hacerlo necesitas realizar un estudio de mercado y de tu clientela.

Cuando realices este estudio, serás perfectamente capaz de diferenciar las características necesarias y las descartables, y por supuesto que partirás desde las necesarias. Para llegar a estas conclusiones existen métodos y criterios.

El Modelo Kano

Foto: Negative Space

Uno de los métodos más recomendados es el «Modelo Kano», y es que a pesar de ser bastante práctico ofrece unos resultados excelentes.

Una vez tenemos la idea de un producto, debemos llevar esta idea a un concepto más preciso con el cual podamos hallar las necesidades que el producto debe satisfacer y las características que necesita para hacerlo. Esto lo podremos definir a través de una estricta jerarquización de requerimientos y características. Aunque la jerarquización de estas características pueda parecerte complicada en realidad no lo es, ya que utilizando el “Modelo de Kano” la puedes dividir en cuatro categorías específicas.

  1. Obligatorias: son esas características que si no están presentes harán al producto inservible e insatisfactorio para el cliente, pero su presencia no aumenta la satisfacción en el cliente ya que son características que lógicamente deben estar presentes. Ejemplo: un reloj que dé la hora.
  2. Unidimensionales: son esas características que mientras más aumentan, más satisfacen al cliente. Ejemplo: la capacidad de almacenamiento de una computadora, mientras mayor es, más satisfecho estará el cliente.
  3. Atractivas o satisfactorias: son esas características que incrementan la satisfacción del cliente o hacen al producto más atractivo, pero su ausencia no disminuyen la satisfacción o atractivo. Suelen ser esas características que el cliente no espera encontrar en un producto y que al descubrirla juega un papel importante en la decisión final de compra. Ejemplo: que un peluche pueda emitir sonidos al ser presionado en la pata.
  4. Indiferentes: la presencia o ausencia de estas características no afectan en nada la satisfacción del cliente.
  5. Inversas: características de alto rendimiento que podrían resultar en insatisfacción para algunos. Estas características nos demuestran que no todos los clientes son iguales. Ejemplo: algunos prefieren su smartphone con todas los avances tecnológicas posibles, mientras que otros prefieren mantenerlo en lo básico.

La clasificación del “Modelo de Kano” se basa en las respuestas de la audiencia a una serie de preguntas específicas sobre las características del producto. Estas preguntas suelen ser: ¿cómo se siente si la característica está presente? y ¿cómo se siente si la característica está ausente? A estas preguntas hay cinco posibles respuestas:

  1. Es necesario.
  2. Me gusta.
  3. Lo tolero.
  4. Me es indiferente.
  5. No me gusta.

Luego de conocer los requerimientos y características opcionales del producto ha llegado la hora de la ejecución de éstas, que puede ser desarrollada desde distintas alternativas bajo dos enfoques:

  1. Enfoque concurrente: se basa en generar varios conceptos generales sobre el producto desde distintos niveles o ámbitos.
  2. Enfoque sistemático: este enfoque más detallado se basa en la descomposición de los conceptos generales en subsistemas específicos.

Con estos dos enfoques (sobre todo el sistemático) seremos capaces de desarrollar al máximo las características de nuestro producto con detalle. Experimenta todo lo que puedas a la hora de diseñarlos, prueba distintas alternativas y combinaciones, pero siempre teniendo la excelencia como meta.

Cosas a tener en cuenta

Foto: Pexels

Mantente atento a las gestiones que hacen terceros en tu producto

Si en el proceso de creación tu producto pasa por manos de terceros, asegúrate de supervisar lo que harán en tu producto y cómo lo harán. No querrás que alguien ajeno arruine o desmejore tu idea.

La audiencia siempre encontrará algún “defecto”

Quizás pienses que has creado el producto perfecto, pero una vez lo lances al mercado y comience a ser comprado siempre habrá alguien que consiga un defecto, ya sea mínimo o sea una característica que no le gusta del todo.

Los clientes pedirán cosas que no habías imaginado

Una vez el público comience a utilizar tu producto pensarán en características que no se te habían ocurrido y que para ellos serían geniales o una buena adición al producto.

Obtén un feedback de tu clientela

Cómo les va con el producto, cómo lo usan, cada cuánto lo usan, qué tan satisfechos se sienten con él. Si obtienes esta información, podrías mejorar tu producto lo máximo posible y liberar un nuevo lote o edición que esté más cerca de la perfección.

Ofrece servicio al cliente

Una vez liberes tu producto debes proporcionarle al cliente algún punto de contacto al que pueda acudir en caso de algún inconveniente o duda. Esto podría salvarte de que el cliente piense que el producto está mal hecho o cuenta con una característica inútil, cuando en realidad no lo entiende, lo está utilizando mal o es un defecto menor de fabricación


La perfección es una ilusión, pero la excelencia no lo es, así que no te rindas y siempre busca dar lo mejor de ti, tu empresa y tu producto.
Referencias
Foto de cabecera: Unsplash
Con información de: Entrepreneur | FastCompany | Emprendedores

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