Seguramente lo habrás visto en los programas basados en la franquicia japonesa de Dragon’s Den, como el popular Shark Tank de la cadena ABC, pero ¿sabías que hay información de él que no conoces y que podría servirte para tus propósitos en los negocios?
Conoce un poco más sobre Kevin O’Leary
Terence Thomas Kevin O’Leary es un empresario, inversor, escritor y celebridad de televisión y radio, nacido el 9 de julio de 1954, en Montreal (Canadá). Es cofundador y presidente de O’Leary Funds, una importante empresa financiera que actúa a escala internacional.
Parte de su éxito se debe al hecho de ser una celebridad en el mundo de los negocios, cuestión que le viene de su estrecha relación con los medios de comunicación, pues ha sido comentarista del programa financiero de CBC News Network de Canadá, y anfitrión de los programas The Lang and O’Leary Exchange y Redemption Inc. Además, es uno de los inversionistas que participa en la exitosa serie de telerrealidad, Shark Tank (ABC), que forma parte de la franquicia japonesa Dragon’s Den.
Kevin O’Leary es un hombre con mucho olfato para los buenos negocios
Este tipo de series son muy buenas para los emprendedores pues en ellas se evalúan las diferentes opciones de financiamiento que tienen, además que les da una pista de si sus emprendimientos son factibles o por el contrario deben ser repensados y de cómo deben comportarse durante una negociación. Es esa popularidad entre los jóvenes empresarios que tiene O’Leary que ha hecho que éstos lo vean como una especie de mentor.
El background de un gran inversor
Inicialmente, Kevin O’Leary aspiró ser fotógrafo, aunque desde corta edad había desarrollado un interés particular por los negocios, algo que le vino de su madre, quien invertía algunos de sus cheques semanales en la bolsa. Asistió a la Universidad de Waterloo en Ontario y luego obtuvo un MBA de la Universidad de Western Ontario, aunque en general tuvo problemas para estudiar porque desde muy joven tuvo que trabajar para aportar dinero a la casa.
Comenzó su carrera empresarial a principios de los años ochenta como Asistente de Gerencia en la empresa Nabisco, la cual se benefició mucho de haberlo tenido entre sus filas, pues es un hombre con mucho olfato para los buenos negocios. Más tarde hizo carrera en el mundo de los medios de comunicación cofundando una compañía de producción televisiva llamada Special Event Television, de la cual salieron básicamente programas deportivos de mediana audiencia como The Original Six, Don Cherry’s Grapevine y Bobby Orr and the Hockey Legends.
La famosa historia de los diez mil dólares
Special Event Television no fue muy exitosa, pero O’Leary y sus otros dos socios lograron venderla por 65 mil dólares, lo que le supuso el capital inicial para crear otra compañía por sí sólo que logró crecer un poco más que la anterior: estamos hablando de SoftKey Software Products, dedicada a la venta de softwares orientados a la educación y al entretenimiento. La empresa parecía tener un crecimiento exponencial que cegó a O’Leary y le hizo cometer errores de cálculo que lo llevaron al borde de la quiebra a finales de la década de los ochenta.
Sólo necesitaba un poco de dinero para hacer tiempo mientras corregía sus errores, y su madre le prestó 10 mil dólares, una cantidad no muy fuerte, pero que al menos le permitió pagar la nómina por seis meses.
Ese periodo de tiempo le sirvió para reflotar la compañía y convertirla, ya para mediados de los años noventa, en uno de los consorcios más importantes del desarrollo y distribución de softwares educativos en Estados Unidos.
O’Leary se las arregló vender su compañía por la impresionante cifra de 4 mil 200 millones de dólares cuando en realidad estaba valorada en mil millones
SoftKey Software Products cambió su nombre a The Learning Company y fue vendida a la multinacional de manufactura de juguetes, Mattel Inc, en el año 1999. Esta transacción se conoce como una de las más desastrosas de la historia (para el comprador), pues O’Leary se las arregló para hacer ver que su compañía era mucho más importante de lo que realmente era, y logró venderla por la impresionante cifra de 4 mil 200 millones de dólares cuando en realidad estaba valorada en mil millones (que ya es mucho decir).
Mattel tuvo que revender The Learning Company, y fue en ese momento que sus ejecutivos descubrieron que para nada valía lo que habían pagado por ella en un principio. La transacción le produjo una pérdida estimada, sumando los gastos operativos, de 3 mil 600 millones de dólares.
Si bien se puede considerar que esto fue un fiasco creado por Kevin O’Leary (que habla mucho de ese lado oscuro de los negocios que muchos no conocen), se piensa que debe ser considerado como un ejemplo de sus extraordinarias habilidades para la negociación y, sin duda, cuando lo vemos hablar con esa seguridad plantada en la voz en todos los programas de televisión en los que participa, podemos evidenciarlo.
Kevin O’Leary: “Así es como pienso en mis billetes: como soldados. Los envío a la guerra todos los días. Quiero que capturen prisioneros y regresen a casa, así hay más de ellos cada vez”.
Otro importante factor a tener en cuenta en la transacción de Mattel fue que el contexto en que se realizó la compra: durante el último tramo de los años noventa hubo una burbuja en la economía estadounidense que se caracterizó por el aumento extraordinario del precio de las empresas tecnológicas; de modo que el error de Mattel no había sido el único aunque sí uno de los más representativos de ese período histórico.
Diversificación y otras claves del éxito de Kevin O’Leary
Habiéndose convertido en un multimillonario gracias a este (en parte) golpe de suerte, Kevin inició un nuevo periodo de diversificación invirtiendo en una amplia gama de empresas pequeñas y obteniendo cientos de acciones en las mismas en la primera década de los años dos mil. La diversificación es uno de los secretos para salvarte de la quiebra si eres un empresario. No importa cuánto dinero tengas, será muy difícil que lo pierdas todo si éste no está todo en un mismo sitio. En el caso de Kevin O’Leary, él nunca ha invertido más del 5% de su fortuna en una idea y menos del 20% en un mismo sector económico.
O’Leary ha publicado una serie de libros en los que habla sobre cómo ser un buen inversor, los cuales pueden ser utilizados además como guías financieras. Estos libros se titulan La fría y cruda verdad, y hasta el momento lleva tres publicados. De ellos, hemos podido entresacar varias claves de su éxito:
- Ser un empresario exitoso requiere una serie de sacrificios y digamos que el más importante de todos es el tiempo. El empresario no tiene horas, siempre debe estar cazando el dinero a través de ideas inspiradoras. Un empresario que se diversifica tiene que invertir aún más tiempo porque debe estar al pendiente de muchas cosas a la vez. En algunas de sus entrevistas para medios de comunicación, O’Leary ha expresado una frase que resume esta idea: “El dinero puede comprar tu libertad”, y eso se entiende como que para tener dinero, debes ser una especie de esclavo de él y eso además te tiene que gustar.
- Tener habilidades para comunicarte es muy importante, ya que parte del éxito en los negocios viene de convencer a otros, y para convencer a otros hay que saber hablar, hay que saber expresar las ideas. No hay nada que un buen discurso no pueda solventar, y O’Leary lo sabe bien.
- A muchos se les ocurre comprar acciones sin saber cuáles son las implicaciones de las mismas. Muchos productos financieros son defectuosos, y si le preguntases a O’Leary (o a Warren Buffet) qué debes saber para invertir en ellas, éste te diría que compres acciones que produzcan dividendos. Para saber eso, tienes que conocer a la empresa y al sector económico en que se desenvuelve. Nunca se deben comprar cosas a lo loco.
- Parecería tonto, pero O’Leary cree que en los negocios no hay amigos, sólo personas en las que confías y en las que no. Puede que no vayas a casa de tu socio los fines de semana a tomar cervezas o a ver un partido de fútbol, pero eso es lo que menos debería importarte. La relación que se da en los ámbitos laborales lo es todo en los negocios, por eso es imprescindible distinguir entre eso y una relación de amigos o de familia. De hecho, los programas televisivos sobre inversión en los que participa Kevin O’Leary como Shark Tank o Dragon’s Den explotan esa idea al máximo: alguien desconocido llega a ti, y si tiene un buen producto inviertes, y si no, no inviertes, independientemente de la relación extra-laboral que pueda haber entre esa persona y tú.
- Para O’Leary, las ideas simples son las mejores. Demasiada complejidad detrás de un producto a financiar no sólo es un problema para conocerlo a fondo, sino que puede ser sospechoso de manejo ilícito de capitales. Las ideas sencillas, como un producto novedoso o de calidad vendido a través de una distribución comercial usual, suelen ser muy rentables; no implican procesos complicados de rentabilización o dependencia de factores indeterminables como el azar o el clima.
Vida personal
Kevin O’Leary contrajo matrimonio con su esposa Linda en 1990 y se separaron en 2011, pero retomaron su matrimonio dos años después. Su esposa linda es su mano derecha y trabaja como Vicepresidenta de Marketing para O’Leary Wines, otra de las empresas de Kevin. La pareja tiene dos hijos, uno de ellos, Trevor, es productor musical y DJ.
En una entrevista para Inc. Magazine, O’Leary declaró: «Hacer crecer un negocio exitoso, consume tu tiempo. Una vez lo logras, puedes proveerle a tu familia muchas cosas que otros no pueden tener. Pero, porque te has sacrificado, has sacrificado tu tiempo, para poder obtener la recompensa de la libertad».
La residencia principal de O’Leary se encuentra en Toronto, Canadá. Asimismo tiene residencias en Muskowa, Canada, Boston, Estados Unidos y Geneva, Suiza.
Además de los negocios, Kevin tiene tres grandes pasiones: el fútbol americano, su equipo favorito es los New England Patriots y no se pierde ningún partido ni siquiera en sus viajes de negocios. Otra de sus pasiones es el vino, además de tener su propia productora de vinos, pertenece a la Confrérie des Chevaliers du Tastevin. Y su última pasión es la que tiene desde su juventud, la fotografía, Kevin sigue tomando fotos y ha vendido muchas de ellas, donando sus ganancias por ellas a obras de caridad.
Se estima que la fortuna personal de O’Leary supera los 400 millones de dólares.
Algunas frases interesantes de este genio de la inversión
- “Así es como pienso en mis billetes: Como soldados. Los envío a la guerra todos los días. Quiero que capturen prisioneros y regresen a casa, así hay más de ellos cada vez”.
- “Nunca llores por dinero. Este nunca llorará por ti”.
- “¿Cómo pude haber dejado nuestra compañía en una posición tan vulnerable?, en las altas finanzas las cosas cambian en un segundo. Pero nunca me han vuelto a pillar de esta forma de nuevo”.
- “Si yo fuera el presidente de los Estados Unidos, haría que los sindicatos fueran ilegales. Ya no sirven a un propósito funcional en la democracia, en mi opinión”.
- “En la vida y en los negocios pasan cosas malas. ¿No crees que un inversor financiero hábil querría ver tus deudas resueltas antes de invertir en tu compañía?”
Kevin O´Leary es el vivo ejemplo que no importa de donde vienes, sino a donde vas, que de los errores se aprende, siempre es posible levantarse cuando caes y que la comunicación es importante para lograr éxito en los negocios. Mucho podemos aprender de Kevin al leer sus libros, ver y leer sus entrevistas y, por supuesto, ver su desempeño en los distintos programas que protagoniza.
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